Seguro que en alguna ocasión han experimentado esa especie de tortura moderna que es escuchar una cisterna gotear. A veces, casi imperceptible, pero constante. Lo único bueno que tiene es que así detectamos una fuga de agua. Cosa que nos vendría muy bien para saber por qué punto de la red del área metropolitana se está escapando el caudal. Que no está la cosa como para perder recursos naturales.