Muchos accidentes con perros pueden evitarse si se aprende a leer su lenguaje corporal. Entender lo que dicen con sus gestos, prevenir conductas peligrosas y saber actuar ante una emergencia puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. Clara González, educadora canina y presidenta de la Asociación de Comportamiento y Bienestar Animal (ACBA), con sede en Arteixo, lo sabe bien y por eso ofrece junto a sus compañeros -entre ellos la abogada Ángeles Hernández- una charla este domingo a las 16.00 horas dentro de la feria Pata Pata.
¿A qué es importante estar atento para prevenir accidentes?
Cuando tenemos perros que tienden a coger cosas del suelo, que no solo son comida, sino que también son papeles o plásticos, ese es un comportamiento que depende de la ansiedad. No depende de raza, porque mucha gente piensa que es algo típico de algunas, como los Beagle o como los Golden. Y sí que es cierto que estas dos son más comedoras de cosas que encuentran por el suelo, pero en verdad tiene una razón comportamental detrás. Un perro que va comiendo todo por el suelo, es bastante fácil que se envenene.
¿Cuáles son las emergencias más comunes?
Una de las más comunes es la rotura de las uñas. Es muy típica y es una emergencia en la que la pata sangra mucho y los tutores se suelen alarmar.
¿Podría controlarse en casa o es recomendable acudir a un veterinario?
Nosotros damos herramientas y conocimientos para saber cómo actuar en situaciones críticas, pero no sustituye la atención veterinaria. Son previos que nosotros podemos hacer. Por ejemplo, cuando nos cortamos un dedo, si es muy poquito, no hace falta que vayamos al hospital. También hay cosas que podemos hacer en casa si la herida es muy pequeña. Si es algo más grave, hay que acudir.
También influirá el nerviosismo del tutor.
Claro. Nosotros lo comparamos como cuando llamamos al 112. Cuando necesitamos que alguien nos diga qué es lo que está pasando con el perro, mucha gente se pone nerviosa y nos tiende a contar una historia muy grande de lo que pasó. Hay que tener en cuenta que cuando llamamos a un veterinario para una urgencia, hay que decirle qué le pasa, dónde está el perro y en qué situación se encuentra, porque así el veterinario va a poder guiarle por teléfono antes de llegar a la clínica si es que es algo grave.
¿Cuándo hay que llamar a un veterinario?
Si no estás seguro de si es una emergencia, lo ideal es que siempre llames al veterinario. Es importante decir la edad que tiene el animal, el peso para poder calcular las dosis, los síntomas que nosotros le vemos y cuánto tiempo están durando y si sabemos la posible causa. Por ejemplo, si comió algo raro o estuvo mucho tiempo al sol.
¿Qué es lo que no hay que hacer?
Cuando, por ejemplo, nos da un golpe de calor con un perro, hay muchas cosas que podemos hacer, pero hay otras tantas que van a ir peor, como bajarle la temperatura de golpe. Eso puede suponer un problema y puede comprometer al animal.
¿Hay cosas que se puedan hacer para prevenirlo?
Claro. Hay veces que tenemos perros, jóvenes sobre todo, que están tan obsesionados con correr y con jugar y que no se dan cuenta de que se están poniendo en un compromiso. Y eso nosotros como tutores lo podemos evitar. Hay muchos comportamientos que nos pueden indicar que algo va mal y que tenemos que llevar al perro al veterinario.
¿Cuáles son las dudas más comunes?
Ahora que llega el verano, una pregunta muy típica es qué necesito para viajar con mi perro o gato legalmente. Y muchas cosas sobre de comportamiento en general. Por ejemplo, en la otra charla que dimos, hablamos de cuándo un perro jugaba y cuándo no y mucha gente acabó llamándonos porque se dieron cuenta de que sus perros no jugaban.
¿En qué hay que fijarse?
Primero entender que la posición que un perro hace de juego no siempre es juego. Hay veces que el perro nos está indicando que necesita espacio, pero pone esa posición como una manera de decirle al perro que tiene enfrente ‘ey, amigo, no quiero problemas’. A veces, por ejemplo, que mueva el rabo un perro, no significa felicidad. También puede ser un gesto de que está incómodo. Y estos gestos se confunden muchísimo. Cuando aprendes a leer todo el comportamiento que tiene un perro, te das cuenta de cuándo está bien y cuándo está mal y puedes evitar conflictos.
Es común no entender lo que están transmitiendo…
Claro, ellos realmente se comunican con nosotros constantemente, pero nosotros no lo vemos. Hacen gestos con los ojos, nos miran, apartan la carita generalmente si algo no les gusta y le sestá suponiendo un problema. Nos van pidiendo espacio y nos van diciendo cosas todo el rato que no vemos, porque los tutores estamos acostumbrados a que la relación con nuestro perro sea un monólogo en el que solo el tutor habla. Pero realmente con un perro es una conversación. Tú le hablas, pero es que él te está hablando también todo el rato y hay que atender a lo que nos dicen.
A la hora de corregir un comportamiento de un perro, ¿qué no hay que hacer?
El primero de todos reñir al perro cuando él te está mostrando una emoción de miedo o inseguridad. Su conducta viene dada por una emoción interna no por un comportamiento. Reñir al perro es el error más habitual del mundo. Porque nosotros realmente, para entrenar o educar a un perro, no tenemos que reñirle, tenemos que guiarle y decirle qué es lo que esperamos de él.