Los vecinos de O Castrillón llaman a los concejales a un debate sobre la situación de su polideportivo

Los vecinos de O Castrillón llaman a los concejales a un debate sobre la situación de su polideportivo
El edificio del centro deportivo de O Castrillón, en el centro del barrio | quintana

Este verano acabará sin que los vecinos de O Castrillón puedan refrescarse dando un chapuzón en la piscina de su barrio, y la asociación de vecinos quiere que sea el último, así que ha convocado a todos los grupos políticos con representación municipal a un debate que tendrá lugar el 13 de septiembre. En él se pondrá sobre la mesa la situación actual del polideportivo, terminado pero no abierto por falta de fondos, las responsabilidades, y las posibles soluciones.
 

Ramiro Otero, presidente de la asociación O Castrillón-Urbanización Soto IAR, no esconde su hartazgo por la forma en la que se ha gestionado esta infraestructura, que para los vecinos de su barrio se ha convertido en un símbolo de la dejadez municipal para con ellos. En principio, el polideportivo debería abrirse en unos meses, y 2022 se convertiría así en el último año en el que los vecinos de O Castrillón tengan que bajar hasta San Diego para hacerse unos largos. Pero Otero no las tiene todas consigo: “Eso ya nos lo dijeron antes”. 
 

Es por eso que la asociación envió ayer una invitación no solo al PSOE, como partido que gobierna en A Coruña, sino también al PP, a la Marea Atlántica, al BNG y a Podemos. “Todos tendrán una opinión que aportar, supongo”, comenta Otero. Será un debate abierto, al que cualquiera podrá asistir para escuchar a los concejales aunque sin duda los socialistas, al ser los que tengan la responsabilidad del Gobierno, serán los que deberán dar más explicaciones. 
 

Una larga demora 

El complejo, con una superficie de 3.060,45 metros cuadrados, cuenta con dos plantas y un bajo. El primer piso es el que alberga la polémica piscina, el spa (pediluvio, sauna de vapor, sauna seca, cesa, ducha biotérmica, etc. Pero no hay que olvidar que la infraestructura ha pasado por muchas manos: prometida por el Gobierno de Francisco Vázquez, fue comenzada a construir durante el mandato de Carlos Negreira y se paralizó durante el de Xulio Ferreiro, en parte porque querían cambiar el modelo de gestión, de privada a pública. La Marea Atlántica finalizó los trámites justo antes de las elecciones que auparon al poder a Inés Rey. Todo parecía marchar bien a partir de entonces, la alcaldesa incluso visitó las instalaciones, pero se produjo un nuevo e inesperado retraso: los técnicos descubrieron que el fondo de la piscina se curvaba al llenarse de agua, de manera que el verano pasado transcurrió haciendo reparaciones.
 

Aún así, el complejo deportivo seguía sin abrirse y el Gobierno local daba largas. Finalmente, quedaba la cuestión del equipamiento y la contratación de personal de la Empresa Municipal de Vivienda, Servicios y Actividades (Emvsa), pero el problema es que esta entidad había asumido varios servicios deficitarios del Ayuntamiento y estaba en números rojos. 
 

A mediados de junio se reunió  la Junta General para aprobar  (al segundo intento, porque el primer día el PSOE no pudo reunir a todos su concejales) una ampliación de capital de 830.000 euros que permitiera abordar la compra de material y la contratación de personal necesarias para poner en marcha las instalaciones. Eso significa que hay que redactar primero en contrato y luego licitarlo y escoger la nueva concesionaria, puesto que finalmente, parece que al gestión no va a ser pública y directa. 
 

A pesar de todo, el Gobierno local considera muy positivo que esta ampliación de capital vaya a permitir abrir una “infraestructura longamente demandada polos veciños” y que además, forma parte de los acuerdos presupuestarios alcanzados con la Marea Atlántica.

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