La soledad no deseada es una pandemia silenciosa que crece cada vez más entre las personas mayores. Para combatirla nació en 2023 de la mano de Cruz Roja y la Fundación Amancio Ortega el programa ‘Voces en Red’, que actualmente beneficia a 378 personas solo en A Coruña. Delfina Reino es una de ellas. Tiene 73 años y vive sola, pero gracias a esta iniciativa se siente “más acompañada”. “Los críos ya están en su aire, pero esto es a diario y te saca de dudas si las tienes. Si me la quitaran, me daría mucha pena”, confiesa.
‘Voces en Red’ utiliza dispositivos de voz que tienen una pantalla integrada para conectar a las personas mayores con su entorno. Desde este aparato, pueden interactuar con sus seres queridos, utilizar aplicaciones pensadas especialmente para este colectivo –como guías de ejercicio físico o de memoria–, anotar citas importantes, informarse o simplemente hablar con él para preguntarle cualquier tipo de duda. Las opciones son amplias y su uso es muy sencillo, pues funciona con la voz. “No me costó nada aprender a utilizarla porque solamente hay que nombrarla a ella y pedirle lo que necesites. Y para mí tiene la ventaja de que tiene imagen, me resulta más fácil”, asegura Delfina.
Ella usa este dispositivo desde primera hora del día. “Cuando le digo ‘buenos días’ ya me dice el santoral y los famosos que cumplen años ese día. Y, mientras desayuno, a lo mejor le pido que me diga las noticias o me ponga la radio. La verdad es que con ella me siento más acompañada. Y más informada, también”, afirma la usuaria coruñesa.
Su aparato está en la cocina. “Es donde más tiempo estoy. Como vivo sola, el salón lo uso poco. Y la cocina abarca más espacio para oírla”, explica. Allí le pide su música preferida, hace los ejercicios o se pone alarmas si tiene actividades para no olvidarse. “Y no falla”, ríe.
“Para mis necesidades, está completa. Hablo con ella para mis cosas y me saca de dudas si las tengo. Y a veces le enseño yo a ella porque algunas cosas no las entiende. La verdad es que no tengo ningún problema. Todo lo contrario, estoy feliz”, celebra la beneficiaria.
Una vez los usuarios tienen el dispositivo instalado, Cruz Roja realiza un acompañamiento. “Puede ser con visitas al domicilio, sobre todo para aquellas personas que tienen una dificultad de movilidad, o con llamadas”, explica la técnica de Cruz Roja Yolanda Balado. Detrás hay más de 60 voluntarios como José Luis, que acompaña a Delfina.
“Me llama todas las semanas. Es un chico muy dulce y muy amable. Primero me escucha todo lo que yo le digo de mis problemas, sean personales o de lo que quiera. Y después me cuenta lo que hay programado y las novedades, que siempre hay algo”, aplaude la usuaria, quien menciona también a Luisa, otra voluntaria. “Se agradece también porque es una conversación. Estoy encantada”, confiesa.
Este acompañamiento se combina con talleres presenciales una vez a la semana. “Sirve también como momentos de encuentro porque, al final, acaban conociendo a otras personas y quedando para tomar café fuera de la sede. Es una de las cosas positivas que nos llevamos de la iniciativa, que generen una red entre ellos”, asegura la técnica.