“Me cuesta verme como un referente”, asegura Susana Rodríguez Gacio, triatleta paralímpica y médica que hoy dará una charla a las 17.00 horas sobre deporte adptado y superación personal en Palexco, en el marco del 63 Congreso de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (Sermef). Será gratuita y abierta al público general.
Este viernes hablará de su historia de superación personal.
Sí. Ya es bastante conocida. Yo nací en Vigo en 1988 con una discapacidad muy grave visual deriva del albinismo. Sobre todo, se me conoce por mi faceta deportiva como triatleta. He participado ya en tres Juegos Paralímpicos con dos diplomas y dos medallas de oro. Pero soy médica especialista en Medicina Física y Rehabilitación. La verdad es que mi discapacidad me ha cerrado puertas, pero también el crecer con ella y el tener el apoyo de mi familia me ha hecho ser una persona luchadora y siempre pues con ganas de tener nuevos proyectos e ilusiones.
Ha dicho en alguna ocasión que la sociedad no sabe qué es la discapacidad, ¿lo sigue pensando?
Realmente lo sigo pensando porque muchas veces solo entendemos determinados tipos de situaciones cuando pasamos por ellas o cuando tenemos una persona cercana que la experimenta. En parte es normal, obviamente una persona no puede conocer ni entender todas las realidades. Pero lo que sí a mí me gustaría cambiar y que mejorase hacia el futuro es la predisposición de las personas a conocer y entender estas realidades y que todos pongamos algo de nuestra parte para hacer un mundo más accesible.
¿Por qué decidió hacerse médica?
A mí siempre me gustó mucho todo lo relacionado con el cuidado de la salud. De hecho, de pequeña lo que más me gustaba era estudiar el cuerpo humano . Además mi padre, que ahora está jubilado, es médico especialista en anestesia y me gustaba mucho saber pues lo que hacía en su trabajo, conocer su día a día y que me contase cosas cuando llegaba del hospital. Finalmente cuando terminé Bachillerato decidí estudiar fisioterapia , pero cuando ya estaba en la mitad de los estudios de la diplomatura lo que más me gustaba era todo lo que tenía que ver con la medicina. Así que cuando terminé decidí irme a Santiago a empezar la licenciatura y probar ese camino. Fue realmente donde encontré mi lugar.
¿Y por qué esta especialización?
Rehabilitación es una especialidad que elegí porque me parecía ya muy completa y está muy relacionada con la discapacidad. Y creo que es bastante desconocida. Cuando todos tenemos una lesión o un problema sabemos que queremos recuperarnos y que queremos dar los pasos necesarios, pero muchas veces no conocemos que es el médico especialista en rehabilitación el que debe y mejor puede guiar todo el proceso de recuperación cuando tenemos una patología.
¿Cómo ha influido su experiencia como atleta en su enfoque como médica?
Mi faceta deportiva ha influido en toda mi vida en general porque, de alguna manera, la ha determinado. Es evidente que el deporte de alto nivel tiene una exigencia muy elevada que durante los años de la vida en los que puedes llevarlo a cabo, marca mucho tu rutina. En el terreno de la medicina, creo que la práctica del deporte paralímpico me ha dado la oportunidad de conocer a personas con circunstancias muy diferentes procedentes de otros países y que tienen, por lo tanto, diferentes realidades. Eso me ha ayudado mucho a tener la mente abierta cuando tengo delante a un paciente y a saber entender cuáles son sus dificultades reales que muchas veces va más allá de lo que podemos estudiar en los libros.
¿Su historia de superación es también una forma de intentar cambiar la mirada que la sociedad tiene sobre la discapacidad?
La verdad que me cuesta mucho sentirme como un referente, pero lo cierto es que creo que a día de hoy mi figura ha trascendido a meramente el deporte. Y yo me alegro si con ello puedo contribuir a que se nos vea con una mirada de disposición de aprender y de abrirse a las personas que somos diferentes.
¿En qué momento pasó de ver su discapacidad como un límite a verla como parte de su fuerza?
Creo que no es un momento en concreto, es la educación que yo recibí la que me dio esa posibilidad. Desde siempre, saber que yo tenía esta dificultad, que era diferente, pero que eso no me hacía ni mejor ni peor. Que tenía que trabajar mucho e intentar las cosas porque muchas veces me iba a encontrar con un mundo difícil para una persona con discapacidad visual. Y que muchas veces iba a ser yo quien iba a necesitar adaptarse. Y eso es con lo que yo crecí y creo que es lo que me ha hecho ser como soy hoy.
Dos grandes carreras como son el deporte y la medicina, ¿le dejan algo de tiempo libre?
La verdad es que muy poco, pero intento que sea de la mayor calidad posible. Al final para poder afrontar todas las tareas con garantías hay que estar bien y sentirse bien a nivel personal. Y muchas veces la exigencia del día a día deja poco tiempo para eso y a medio plazo o largo plazo tiene sus consecuencias. A mí la experiencia me ha demostrado que todos los días es muy importante tener, aunque sea poco tiempo, pero que sea de calidad para hacer alguna otra tarea que se salga de mis trabajos, como compartir tiempo con mi familia, ver a mis amigos y este tipo de cosas. Es fundamental para poder mantenerse.