Reportaje | Del derribo de la iglesia de San Jorge al traslado del Ayuntamiento

Reportaje | Del derribo de la iglesia de San Jorge al traslado del Ayuntamiento
El teatro Rosalía de Castro, en cuyo solar se hallaba la iglesia de San Jorge | QUINTANA

El 30 de junio de 1836 el Gobernador Civil manifiesta al Ilustre Ayuntamiento sus buenas solicitudes para lograr lo que la opinión, el decoro del culto general y conveniencia pública reclaman hace muchos años, derribar la iglesia de San Jorge y agrandar la plaza, cual corresponde a esta culta ciudad, que en consecuencia de ello quedaba a su cuidado orillar todo obstáculo que presentase. Solo era del Ayuntamiento la indemnización de la casa rectoral, que expropia de la fábrica de dicha iglesia. La corporación acordó tratar sobre el último punto.


En la sesión del 18 de octubre se da cuenta de un oficio del Jefe Político, haciendo saber que su antecesor ha promovido la construcción de una plaza en el sitio que ocupa la iglesia parroquial de San Jorge, 
(plaza del Mercado) obra que además de embellecer la población contribuiría a que el culto divino se celebrase con mayor pompa en la suntuosa iglesia de San Agustín, la cual pudiese reemplazar a aquella.
Este proyecto fue el inicio y culminación del traslado de esta parroquia a San Agustín, la cual se cambió por el nombre de San Jorge que hoy se conoce, desapareciendo la antigua iglesia de esta orden de la actual calle de Riego de Agua y ocupando ahora parte de esos terrenos el teatro Rosalía de Castro, conocido antiguamente como Teatro Nuevo.

 

Cementerio inglés

El 2 de agosto de 1836 se manda pasar al presidente Francisco Ortega para tratar un oficio del Gobernador Civil sobre el local que debe fijarse y servir de cementerio para los ingleses que fallezcan en esta plaza, a cuyo  oficio acompaña copia de la Real Orden del 3 de noviembre de 1831 relativa a este particular.
En sesión del 5 del mismo mes, el Ayuntamiento ya había designado el lugar donde debía construirse el camposanto, siendo el lugar escogido a la izquierda de la entrada del cementerio general de San Amaro.

 

Traslado del Ayuntamiento

El 14 de febrero de 1837 se acordó oficiar a la Diputación provincial dando parte de que el Ayuntamiento va a trasladarse con sus oficinas a la casa que dejó la Jefatura Política, en la calle de la Franja, por el alquiler de 16 reales diarios, con el siguiente motivo: Ninguna ocasión más a propósito para emprender la obra tan útil y necesaria para los intereses del común, la formación del archivo a que podía dedicarse un oficial regularmente instruido, con escribiente, a cuyo fin solicita la competente autorización para establecer esta sección especial y pagar los sobredichos de los fondos propios, considerando el Ayuntamiento que esta medida será más ventajosa y económica que la propuesta, en su oficio de 21 de noviembre último, al remitir el presupuesto.


En sesión del 21 del mismo mes, la corporación queda enterada de un oficio del día 20 de la Diputación Provincial, aprobando no solo el ajuste del alquiler de la casa a que debe trasladarse el Ayuntamiento, en 16 reales diarios, sino también el gasto que causen el oficial y escribiente de la sección especial que debe crearse para informar y arreglar el archivo, acordando unir dicho oficio al expediente, y “desde mañana se principie en la nueva casa, quedando a cargo de la comisión el arreglar las dificultades que puedan surgir”. Queda como encargado del arreglo del archivo el Capitular, Eusebio Zalvidea, “por su capacidad de trabajo y conocimientos”.


El antiguo Ayuntamiento estaba situado en la plaza Real número 1, frente a la Real Audiencia y Capitanía General, en 1824. En el mismo tenía su residencia el Gobernador Político y Militar de la plaza, José Escudero Lisón, y su esposa, doña María Josefa Cortés, junto con sus ayudantes, Joaquín Altirón y la mujer de este, María Josefa Marzoa, así como un hijo de ambos, Rafael María. También en el mismo vivían el clarinero de la ciudad, Ramón Vaamonde, y su mujer, Manuela Mosquera, además de dos hijos, Joaquín y Antonio (padrón 1063).


Al dejar en 1837 este edificio por ruinoso, el Ayuntamiento se traslada a la calle de la Franja, número 22, y el día 24 de febrero de dicho año a las seis de la tarde celebran su primera sesión para tratar diversos asuntos.
La plaza Real fue conocida con otros nombres, plaza de Palacio o plaza de Fernando VII, además de plaza de la Constitución.


El 14 de diciembre de 1838 se celebra el primer pleno municipal a las doce de la mañana en el Ayuntamiento de San Agustín, más conocido por el nombre de ‘Caserón’. En la sesión del día 31 ordenan que se disponga que quede libre la casa del número 23 de la calle de la Franja y se entreguen las llaves a su dueño.

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