Reportaje | Los coruñeses le dan más de un millón de razones a la nueva movilidad

Que la movilidad que propone el Ayuntamiento va sobre ruedas, mayormente dos, es un hecho empíricamente comprobable cada vez de forma más clara. Sin embargo, con los datos en la mano, la realidad dice que los coruñeses han decidido convertir BiciCoruña en una opción preferente a la hora desplazarse, y que el servicio cala de forma cada vez más honda en el corazón de una ciudad en la que más del cinco por ciento de sus habitantes (14.000) son usuarios activos.

Desde el pasado 1 de enero, un total de 1.012.155 veces se ha utilizado el servicio de bicicletas municipal y en ocho de los nueve primeros meses de 2023 se ha ido estableciendo un nuevo récord de usos. El último fue en septiembre, con 143.201, lo que triplica, por ejemplo, la marca del pasado mes de enero. Es un crecimiento constante, exponencial y sin un techo aparente: la cifra es tres veces superior a la de la renovación del servicio en 2022 y cinco a la media de los años anteriores. La alcaldesa Inés Rey apuntó al futuro y miró a la “tercera gran expansión del servicio”: 300 nuevas bicicletas eléctricas y 30 estaciones más.

Celebración 

Podría resumirse la celebración del éxito millonario de la bicicleta de alquiler como un acto al estilo clásico para un hábito con tintes 2030: regidora y usuaria juntas en María Pita con el reconocimiento público y varios premios de por medio: un casco, una mochila y una suscripción anual al servicio estrella del Ayuntamiento.

Lo cierto es que el perfil de Olalla Torres, que el pasado 12 de octubre elevó a los siete dígitos el contador de BiciCoruña, es tan aleatorio como representativo de la nueva movilidad y su creciente penetración: madre de familia de mediana edad que ha decidido dar un paso al frente de forma conjunta con todos los integrantes del hogar. Lo hizo el pasado mes de mayo y ahora es su elección predilecta a la hora de realizar trayectos cortos. “De la ciudad a instalaciones deportivas, a la playa o trayectos de ese estilo que se hacen súper rápido”, afirma Torres, cuyas estaciones predilectas son las de San Pablo, el Palacio de la Ópera o el Paseo Marítimo. “Tenemos bicicletas en propiedad en casa, pero al tener el servicio en la ciudad nos pareció algo muy cómodo”, añade la usuaria, que aunque se decanta por la opción eléctrica dice alternar ambos modelos. 

Sin quererlo, Olalla deja además una reflexión que María Pita podría tomar y reproducir en bucle como justificación y reivindicación del servicio. “Mi hijo de 15 años está loco con BiciCoruña”, sentencia, en forma de una cuña que en realidad se convierte en la mejor definición del éxito que el servicio tiene entre el público adolescente.

Con más de 50 kilómetros de vías ciclables, el techo de BiciCoruña es aún incierto.