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sábado | 27 abril | 2024
El fenómeno de la okupación parece estar asociado al de las drogas de manera muy estrecha. Por lo menos, en Monte Alto, donde la Policía llevó a cabo esta mañana el desalojo de un bajo en el número ocho de la calle Faro. Los agentes de la Nacional expulsaron a los okupas, y la propiedad rápidamente cambió la cerradura, tanto del piso en cuestión como del portal de acceso al inmueble, en una operación que se saldó en dificultades. También permitió eliminar un punto negro de tráfico de drogas en el barrio.
La actuación corrió a cargo de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). Se realizó el desahucio y mientras los sospechosos se encontraban en el exterior, aprovecharon para cambiar la cerradura, tanto de la puerta de la vivienda como la del portal. Cabe preguntarse si será suficiente No hay que olvidar que, este mismo lunes, unos individuos, presuntamente los mismos okupas, habían conseguido practicar un boquete en la puerta de al lado, que había sido tapiada precisamente para prevenir allanamientos, sin concluir la okupación.
Fuentes de la Jefatura Superior señalan que no se descubrieron drogas en el registro realizado, ni siquiera en pequeñas cantidades. Esto, a pesar de que se trata de un lugar confirmado de tráfico de drogas, como admiten las propias fuentes policiales. Dado que sabían la hora y el día del desahucio (es preceptivo advertirles) muy probablemente los traficantes habían “limpiado” el lugar.
Tampoco se detuvo a nadie, dado que la orden judicial solo exigía al desalojo, de manera que los individuos que se encontraban en la casa (los testigos hablan de una decena) se encuentran ya en libertad. Los vecinos de Monte Alto señalan que hacía dos años que se dedicaban al tráfico de drogas en ese punto, que el traficante era conocido y que últimamente la situación había empeorado, con gente de mala catadura entrando y saliendo a todas horas. “Algunos con coches muy buenos”, señala una testigo.
En general, la percepción es que la zona se había degradado por efecto de este punto de vena de drogas, por eso todos se sienten satisfechos. Sin embargo, consideran la intervención policial solo un alivio momentáneo. “Dicen que ya han encontrado otros dos pisos en este mismo barrio”, señaló una vecina.
No está de más recordar que el martes, una empresa privada de desokupación, DIO Express, había realizado otro desalojo en un piso del número 66 de Adelaida Muro. Según fuentes de la empresa, también aquí se traficaba, con cerca de cincuenta personas al día acudiendo a comprar. Sin embargo, fuentes de la Policía Nacional consultadas aseguran no tener ningún conocimiento de que allí se produjeran este tipo de delitos, al revés que en la calle Faro, donde la Policía Nacional mantenía la vigilancia. Ahora el problema se desplaza.
