El primer evento masivo del Noroeste, y que realmente sobrepasó el aforo y todas las previsiones fue el recital que O Funkillo dio en la plaza de España de A Coruña. Son los sevillanos una apuesta segura desde hace dos décadas, cuando pusieron en órbita su ‘Planeta aseituna’ con esa mezcla de funk y rock que tan bien le había funcionado en radio fórmula a los Red Hot Chili Peppers.

Quítenle capas de comercialización a los californianos y añadan guasa andaluza e imaginen lo que pueden montarte estos músicos de estudio, sobre todo cuando el magistral Pepe Bao se pone a dar una masterclass de bajo. Ferrolano de nacimiento, el Flea departamental demostró el porqué de su fama y el respeto que genera.

Comenzó la cita, puntual, con la plaza a rebosar y con una ración de ‘Riñones al Jerez’, tema que acabaría por ser bis. Bien es cierto que funcionaron muy por encima de la media los hits de siempre. El primero, ‘Rulando’, y el siguiente, ‘Nos vamos pal keli’, son auténticos himnos para una generación y ciertas tribus urbanas muy concretas. De cuando existían tribus urbanas. Ahora son nexos de unión transversales que lo mismo te los baila un pijo que un bravú.

Entre clásico y clásico a la banda le dio por poner a bailar de ‘madrugá’ a A Coruña, en una comunión que ya se verá si alguna otra banda la logra. ‘Fiesta, siesta’ y ‘A shuparla’ elevaron a clímax permanente la recta final de un bolo tan redondo como perfecto en lo técnico. Y en lo social.