El punto negro de La Marina: las cámaras sancionan 28 veces al día

Las infracciones peligrosas para la circulación caen, pero se mantienen las relacionadas con el aparcamiento
El punto negro de La Marina: las cámaras sancionan 28 veces al día
Las cámaras facilitan la detección de infracciones / AEC

Durante años, la avenida de La Marina ha sido el verdadero punto negro de la ciudad en lo que a multas se refiere: los conductores que se dirigían, sobre todo, al Hospital Abente y Lago o más allá ignoraban las señales de circulación restringida y eran detectados por las cámaras y multados telemáticamente. Esto ha ocurrido desde 2018, con una tendencia constante a la baja, hasta reducirse a la mitad. No ha sido hasta el año pasado que se ha experimentado un descenso importante, en torno a un 40%. Sin embargo, La Marina sigue siendo el punto negro de A Coruña; con más de 10.000 sanciones en solo un año. Es decir, 28 al día.


La razón del descenso, según las fuentes municipales consultadas, no habría que buscarla tanto (o no solo) en un cambio en el comportamiento de los conductores, sino más bien en las obras que se han estado llevando a cabo en la zona desde octubre, lo que ha provocado numerosos desvíos. Pero hay buenas noticias: la humanización de los Cantones, que comenzó en febrero, mantendrá la zona en obra hasta finales del año que viene, por lo que es de esperar que las estadísticas de 2025 registren un descenso aún más importante. 


Como las obras de humanización restringirán aún más el tráfico rodado en los Cantones hasta hacerlo semipeatonal, lo más probable es que esta rebaja en las sanciones sea la constante a partir de ahora. Sin embargo, a pesar de que las cámaras de La Marina han detectado 4.000 infracciones menos, eso no significa que hayan bajado las multas en general.

 

Grafico
 


Sobre esto, hay que diferenciar dos clases de sanciones. Unas son las que se refieren a prevención de accidentes (no llevar la ITV al día, conducir sin cinturón, exceso de velocidad...) que imponen directamente los agentes de la Policía Local. Conviene señalar aquí que el número de estas infracciones se ha rebajado durante 2024, pasando de las 7.888 sancionadas durante 2023 a las 6.111 del año pasado. Es decir, que cayó casi un 22%, de lo que podría deducirse un mejor comportamiento del conductor promedio. 


El segundo tipo de multas se agrupa bajo el epígrafe “ayudas a la movilidad” y son, básicamente, multas de aparcamiento, que componen el grueso del total. Nada menos que 32.344 se impusieron el año pasado o, lo que es lo mismo, cinco veces más que las de prevención de accidentes. Esto no es algo raro. De hecho, sucede todos los años, pero lo que sí cambia es la proporción en la que se registran las infracciones y se debe a dos factores. 


El primero es la mejora del sistema de cámaras de tráfico. El Ayuntamiento ha utilizado los fondos europeos para implantar una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y llenar de cámaras el centro de la ciudad, aunque hay que decir que la mayoría no tienen capacidad sancionadora. Sin embargo, otros puntos, como algunas zonas de carga y descarga, sí están vigiladas por dichos sensores. A las cinco existentes en La Marina y 18 en las calles que cuentan como Vía Prioritaria Vigilada (VPV) se añadieron ocho más en las zonas  de carga y descarga.


El segundo factor importante es cómo ha cambiado la orografía de la ciudad conforme avanzan las peatonalizaciones o humanizaciones. En muchas calles del centro se puede circular, pero no estacionar. Aunque la Concejalía de Movilidad ha tratado de paliar este problema instalando aparcamiento en batería, esto solo es posible en las calles con suficiente ancho de calzada, lo que ha generado una reducción en el número de plazas en el centro. Solo la humanización de San Andrés supuso la retirada de cerca de cuarenta plazas de aparcamiento de la zona azul. 


Por aparcamiento 

Como se ha dicho, el número de sanciones de “ayuda a la movilidad” se mantiene estable. Si en 2023 eran 32.436, en 2024 eran 32.344, así que la reducción no es significativa. Pero existen cambios muy llamativos. El principal son las infracciones por no respetar la señalización de estacionamiento prohibido, que han pasado de 99 a 3.977 en solo un año. Las fuentes municipales consultadas confirman que es debido al uso de las cámaras, como las que se encuentran en las calles designadas Vía Prioritaria Vigilada (VPV). 


Pero también ha habido otros incrementos, como los que se refieren a las zonas de carga y descarga, en ocho de las cuales se instalaron cámaras en marzo. Esto explica, en parte, el aumento de sanciones en 2024 en el caso de vehículos como turismos, que no tienen autorización para aparcar, pasando de 1.872 a 2.772.  Es decir, un ascenso de casi el 33%.En cambio, se han reducido mucho los abusos de los transportistas que estacionan más de media hora en la zona rayada. 


Mención aparte merecen las zonas de carga y descarga de San Andrés, en donde no se puede aparcar incluso fuera del horario laboral. Ya existía una frente a la iglesia Castrense antes de las obras y, después de la humanización, se añadió otra con las misas restricciones. Muchos conductores siguen cayendo en este error y, de hecho, la primera multa de aparcamiento en la nueva San Andrés fue por este motivo. 


En el lado positivo, la doble fila, que durante años fue un problema para la circulación en las calles más estrechas de la ciudad, y que congestionaba incluso las vías de más de un carril, parece que va camino de resolverse, a juzgar por las últimas cifras: en 2024 solamente se sancionó a 167 conductores por estacionar en doble fila, una cifra muy baja comparada con la de anteriores años. Sin ir más lejos, en 2023 habían sido 672. A esto hay que añadir las de doble fila, pero sin conductor, una infracción más grave, que fue castigada en 439 ocasiones el año pasado, y 671 el anterior. 


En realidad, a pesar de las oscilaciones en una y otra sanción, el hecho de que se mantengan estables en el cómputo final prueba lo que ya saben todos los conductores que tienen que enfrentarse a diario con el tráfico en A Coruña mientras dan vueltas y vueltas a las manzanas, provocando lo que se llama tráfico de agitación: que el principal desafío es aparcar.

El punto negro de La Marina: las cámaras sancionan 28 veces al día

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