Los policías nacionales de A Coruña cuentan ya con un manual en caso de sumisión por pinchazo

Los policías nacionales  de A Coruña cuentan ya con un manual en caso  de sumisión por pinchazo
La subdelegada del Gobierno, María Rivas, y el delegado, José Miñones | quintana

Una de las noticias más impactantes del verano ha sido los supuestos casos de pinchazos de sumisión química: un par de jóvenes habrían denunciado en A Coruña que, durante una noche de fiesta, se habían sentido indispuestas después de sentirse una especie de picadura. Aquello desató la alarma, puesto que ya se habían dado otros supuestos casos en el País Vasco y Cataluña, pero la subdelegada del Gobierno, María Rivas, reconoció recientemente que la investigación de la Policía Nacional  había revelado que se trataban de falsas alarmas. En realidad, ningún caso denunciado se ha verificado, ni en A Coruña ni en el resto de España, pero la Policía Nacional ya cuenta con un protocolo “antipinchazos” para saber cómo actuar en caso de que la amenaza se concrete.   


El documento, elaborado por el Ministerio de Sanidad y el Observatorio de salud de las Mujeres admite que, “hasta el momento, desde la ciencia forense y médica, no se evidencian datos definitivos y con exactitud sobre lo que está ocurriendo en nuestro país. Las víctimas manifiestan haber notado un ‘pinchazo’ pero no se conoce prácticamente nada, por el momento, todo son hipótesis”. 


Aunque la idea que prevalece en la opinión pública es que la sumisión química tiene como objetivo dejar a la víctima indefensa (normalmente una mujer) para violar, el documento niega que tenga por qué estarlo, aunque lo vincula a lo que describe como “terror sexual, dirigido a coaccionar la libertad, autonomía, y seguridad de las mujeres (...) Por ello, puede definirse como un acto de violencia machista, haya agresión sexual o no”.


Acompañamiento 
En el protocolo se recalca que las denunciantes deben ir acompañadas, puesto que se han detectado “cuadros nerviosos graves con crisis de ansiedad y pánico”. Aconseja revisar en busca de signos de punción o inyección de sustancias, lavar la zona afectada con agua y jabón, y comprobar si existe agresión sexual. Una vez en el hospital más cercano, se deben recoger muestras, sin importar si la mujer presenta denuncias o no. Y también se realizará un seguimiento del caso, puesto que puede haber contagio de enfermedades transmisibles (VIH y hepatitis). 


Por su puesto, las autoridades deben detener de oficio a cualquier sospechoso, pero no solo la Policía Nacional o la Guardia Civil deben estar al corriente de este protocolo. En el mismo documento se precisa que debe estar en conocimiento de cualquier personal que preste servicio en las grandes aglomeraciones, como Cruz Roja, Protección Civil o los nuevos puntos violeta, instalados por las administraciones locales, en que personal experto en agresiones sexuales atiende a las denunciantes in situ. 

Los policías nacionales de A Coruña cuentan ya con un manual en caso de sumisión por pinchazo

Te puede interesar