El Ofimático completa su conversión en Xuxán con una modificación del PGOM

El jueves la Corporación municipal votará un cambio de uso para construir 520 nuevas viviendas
El Ofimático completa su conversión en Xuxán con una modificación del PGOM
Plano del barrio de Xuxán facilitado por la Consellería de Vivenda

El jueves se celebra el último pleno de la temporada política, antes de que María Pita entre el sopor administrativo propio del mes de agosto, cuando la mayor parte de sus funcionarios y concejales disfrutan de sus vacaciones. Es, además, un pleno extraordinario y en él el Gobierno de Inés Rey someterá a votación importantes asuntos urbanísticos. Uno de ellos es el convenio que firmó con el fondo suizo Ginkgo para desarrollar As Xubias. El otro es la modificación del Plan General de ordenación Municipal (PGOM) para poder construir en Xuxán cerca de 520 viviendas protegidas a mayores de las que existen. Es decir, que permitiría aumentar hasta unas 1.500.

 

Actualmente, Xuxán (el antiguo Parque Ofimático) concentra la construcción de nuevos bloques en la ciudad, sobre todo de pisos de protección oficial. No solo de la Xunta, a través del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), sino también del propio Ayuntamiento, que está construyendo un edificio de 50 viviendas.  Sin embargo, el suelo para construir se agotó tiempo atrás. Si se quiere dar cabida a nuevos proyectos, es necesario más terreno, y el barrio lo tiene, solo que figura en el PGOM de 2013 como de uso terciario. Es decir, destinado a equipamientos y a oficinas. Estas parcelas son todo lo que queda del antiguo Parque Ofimático, el nombre que llevaba el polígono cuando se había proyectado como una zona empresarial.

 

La modificación permitirá introducir casas unifamiliares en un solar donde antes se preveía levantar un bloque

 

El proyecto que se someterá a aprobación en el pleno del jueves prevé reducir la edificabilidad de uso terciario para añadir más capacidad residencial en tres parcelas de la Xunta. La Z-41 (del Ayuntamiento), la Z-44 y la Z-46 (estas dos últimas, propiedad de la Xunta). A esto hay que añadir un cambio en una parcela privada, la Z-43, para adaptarla a la Z-41. Los nuevos bloques de viviendas tendrán siete y quince alturas. Además, la Z-47 cambiará un bloque por viviendas unifamiliares. Es decir, chalés, de los primeros que tendrá un barrio como Xuxán que hasta ahora se ha construido en altura.

 

Dado que existe una gran necesidad de vivienda en la ciudad, no se espera ningún problema para su aprobación. El grupo municipal del PSOE, que se halla en minoría, puede contar con los votos del BNG y del PP en este caso. Más difícil será aprobar el convenio de As Xubias, que ha tenido que ser modificado para conseguir el apoyo imprescindible del BNG, pero del que cabe esperar un voto negativo o abstención por parte del PP.

 

 

 

 

Durante todo este tiempo, ambas administraciones han estado apremiándose la una a la otra para acelerar el proceso. El concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, había asegurado en abril que en María Pita aún no habían recibido el estudio de impacto ambiental, ya revisado. “En canto o analicemos e aprobemos todo, o levaremos a pleno”, prometió entonces. Finalmente, este jueves se podrá punto final a este proceso.

 

El fin de una larga lucha

 

Pero es cierto que otros han tenido que esperar aún más por los cambios del PGOM. Cuesta recordarlo, pero durante muchos años, los antiguos residentes de la zona protagonizaron concentraciones de rechazo hacia un urbanismo agresivo que cambiaba radicalmente su entorno. Situados en el margen derecho del sector 10, el que se halla al otro lado de Alfonso Molina, batallaron para salvar sus hogares.

 

Durante doce años, se congregaron en la pasarela peatonal de San Vicente de Elviña haciendo ondear sus pancartas exigiendo una solución. En esta larga lucha, la más larga protesta que haya visto la ciudad, culminó hace dos años, a principios de 2023, cuando llegaron a un acuerdo con el Gobierno de Inés Rey, pero que se asentaba sobre unas bases que había establecido el de la Marea Atlántica.

 

 

 

Ellos pedían la desafectación, dado que en este margen no había necesidad de construir ya, pero lo que consiguieron fue cambiar las parcelas que les correspondían por las que ocupan actualmente sus viviendas. Tras mucho batallar contra un gigante burocrático propio de un relato de Kafka, el pleno del jueves permitirá consagrar la eliminación del bloque de viviendas previsto en la parcela Z-47, que no encaja por no tener sentido levantarlo junto a las casas unifamiliares que forman el núcleo de San Vicente de Elviña.

 

Los afectados ya se habían reunido en febrero de 2023 una vez más sobre el puente en el que tanto tiempo se habían mantenido firmes para recordar todo por lo que habían pasado, incluido el derribo de una casa que a día de hoy, no alberga nada más que un poste publicitario. En ese momento, todavía les costaba creer que su larga lucha hubiera tocado a su fin. Con la aprobación del cambio en el pleno del jueves, se habrá sellado este capítulo de su vida definitivamente. 

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