El número de mascotas creció más de un 25% en A Coruña desde la pandemia

El número de mascotas creció más de un 25% en A Coruña desde la pandemia
Los perros son las mascotas más frecuentes | Patricia g. fraga

Es difícil pasear por A Coruña sin encontrarse con alguien que ha sacado a pasear a su perro y que espera pacientemente con una bolsita en la mano a que su mascota  defeque en un parterre. Con los años, esta visión se ha vuelto más y más común. Este incremento se ha visto confirmado durante la pandemia: según los datos de la Consellería de Medio Ambiente, el número de mascotas (perros y gatos en su mayoría) registrados en la ciudad creció más de un 25%.
 

Es decir: según el Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía (Regiac), en enero de este año se contabilizaban en la ciudad nada menos que 34.497 animales de compañía. Es una cifra respetable, teniendo en cuenta que la ciudad tiene menos de 250.000 habitantes (244.700 según los datos del Instituto Galego de Estadística correspondientes a 2022). Pero, en realidad, A Coruña es la ciudad gallega con menos mascotas por habitante, mientras que la ciudad de Lugo encabeza la lista.
 

Por otro lado, aunque sin duda la sensación de soledad y aislamiento que generó en muchos la pandemia incitó a más de uno a buscar refugio en un amigo peludo, el incremento de la población animal en A Coruña se ha venido registrando año tras año, por lo menos desde 2018, cuando solo había 21.060 mascotas y ha ido creciendo a un ritmo constante de algo menos de un 10% año tras año. Lo que sí demuestran los coruñeses es un clara preferencia por los perros: el 91% de las mascotas lo son, mientras que solo hay 3.858 mininos y, sorprendentemente, 59 hurones. El resto (83) son animales variados y un ave rapiña que vuela en solitario. 

 

Ordenanzas

La sensibilidad con los animales parece haber ido creciendo con su número, y una prueba de ello es la Ley de Bienestar Animal que se acaba de aprobar en el Congreso de los Diputados y que tanta polémica ha levantado. Pero a nivel local, la ordenanza del mismo nombre (pero mucho menos polémica) permanece estancada en los trámites. Esta texto implicaría, entre otras cosas, la obligación por parte de los dueños de los perros de disolver los orines con agua de una botella, pero no hay una fecha para su aprobación. 
 

No se trata de una nueva ordenanza de bienestar animal, sino de una simple modificación, pero incluye algunos cambios importantes como eliminar la mención al sacrificio animal que aún subsistía en la anterior normativa. Pero quizá el cambio más importante para los amantes de los animales sea que el arenal de Bens se convertirá en la primera playa canina de A Coruña. Se trata de una medida muy demandada, aunque a nadie le gusta que se encuentre tan lejos del casco urbano. 
 

El problema es que, de escogerse otro arenal para acoger a los perros, este perdería la bandera azul, la marca de calidad de las aguas. Bens es la única playa de un tamaño importante dentro del término municipal que no cuenta con dicha señal. De esta manera, los canes contarán con otro espacio dentro del término municipal donde podrán correr libremente.


A este paso, la playa de Bens se va a quedar pequeña. La de canes es la única explosión demográfica que ha vivido A Coruña en los últimos años, una ciudad en la que, como en toda la comunidad gallega, ya hace tiempo que el número de perros aventaja al de niños

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