Luis Suárez, cerrajero | “Son tan finos que te roban y puedes no enterarte”

Los expertos en puertas están estos días ocupados con las llamadas de los coruñeses que han sido víctimas de los cacos: “No puedes tener la misma cerradura desde hasta treinta años”, advierte este trabajador, que anima a invertir en seguridad
Luis Suárez, cerrajero | “Son tan finos  que te roban y puedes no enterarte”
Un cerrajero manipula una cerradura | Pedro Puig

Algunos trabajos tienen su temporada alta en verano: los heladeros y los socorristas, son el ejemplo más obvio, pero para los cerrajeros también los meses de verano son una época de mucho ajetreo. Son ellos a quienes llaman para sustituir las cerraduras forzadas o las puertas rotas. Uno de ellos es Luis Suárez, que últimamente ha tenido bastante trabajo en distintos barrios de A Coruña, e incluso fuera de ella, a medida que las bandas itinerantes dejan sentir su presencia en la zona.


El problema, explica el cerrajero, es que los coruñeses no invierten lo suficiente en seguridad, y que no entienden que es necesario actualizar la cerradura igual que es necesario cambiar el teléfono móvil de vez en cuando. “Los coruñeses son bastante tacaños. No puedes tener la misma cerradura desde hace 30 años”, critica, al tiempo que explica que una cerradura obsoleta no ofrece ninguna seguridad. Con el paso de los años, los ladrones desarrollan técnicas para abrirlas rápidamente. “Hay algunas, como la Ezcurra o la Tesa, que son más fáciles de abrir, porque se han quedado anticuadas”, comenta. Estas hay que cambiarlas cada diez años, pero otras, como las Fichet, aguantan un cuarto de siglo con un razonable nivel de seguridad, siempre según este experto.

 

 

 


Por supuesto, no se trata solo de la cerradura, sino también de la puerta. Forman un conjunto, no puedes poner una cerradura mala en una puerta buenísima, o cerrar con un mecanismo excelente una puerta que está a punto de caerse. Pero Suárez reconoce la habilidad que despliegan estos amigos de lo ajeno: “Hay unos que van a reventar la puerta y entran, pero otros han hecho aperturas muy finas en el centro de la ciudad. Son tan finos que te roban y puedes no enterarte. Son profesionales”.


Es más, quizá lo hagan mejor que los propios cerrajeros, porque disponen de herramientas de última generación que resultan muy caras de adquirir. “A ellos les compensa porque en un golpe o dos la amortizan”, explica Suárez. Se emplean métodos ya conocidos de otros años, como el ‘bumping’ (que consiste en arrancar el bombín) o el topolino (una especie de llave universal) y, por supuesto, siempre está el método del resbalón, una simple tira de plástico. Claro que esta última solo funciona si no se ha echado la llave. “Eso es como dejar la puerta abierta. En tres segundos con una tarjeta te la abren. Con otros métodos tardan quince minutos, porque más tiempo es arriesgado y abandonan”, explica.

 

 

 


Para conseguir que desistan, es necesario instalar una cerradura de seguridad actualizada. “No hay nada que dure por toda la vida. Es como la lavadora, como la nevera, como la sartén”, dice Suárez, que explica que por 3.000 euros es posible conseguir una buena puerta. “Blindada no, que ya no se considera de seguridad, una puerta acorazada, toda de acero, testada en laboratorio y que va aguantar”. Si cuesta rascarse el bolsillo, también es posible actualizar la puerta con 500 euros para que cumpla lo mínimo deseable. Ninguna te garantiza la inviolabilidad del domicilio, pero es buena idea tener la mejor puerta de la comunidad. Quizá opten por la del vecino. 

Luis Suárez, cerrajero | “Son tan finos que te roban y puedes no enterarte”

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