"Vamos a comer como porcos", prometía Pablo Leira, secretario de la asociación vecinal de Labañou. Y la profecía se cumplió vecinos del barrio y limítrofes, residentes en A Coruña y de más allá del puente de A Pasaxe se 'revolcaron' este sábado en una nueva edición de la recuperada Festa dos Porcos.
La jornada comenzó temprano cuando, aprovechando el adiós a la lluvia y la vuelta del sol, los vecinos de Labañou y San Roque de Afora tomaron la plaza situada frente al Conservatorio Profesional de Música para poder disfrutar, después de varios años, de su tradicional Festa dos Porcos. Sobre las 12.00 horas, los niños fueron los primeros protagonistas con la participación en un taller infantil.
Más tarde, el grupo Attacca Percusión, compuesto por alumnado del vecino conservatorio deleitó a los ya centenares de personas presentes a pesar de no superar las 13.00 horas. De esta forma, fue la previa perfecta del pregón a cargo del músico, cantante, humorista y vecino de San Roque, Paco Lodeiro, quien por su 60 cumpleaños tomó la palabra para dar inicio a las fiestas.
Apenas llevaba minutos subido arriba del escenario al lado de la fuente de la plaza cuando un grupo de vecinos sorprendió en el altillo improvisando el tradicional ‘cumpleaños feliz’ y entregándole una tarta por su 60 aniversario.
Al terminar, fue el turno de lo más esperado: la paella. Y es que, tal y como avanzó a este periódico el secretario de la asociación vecinal de Labañou, Pablo Leira, la paellera les obligó “a alquilar un camión”. Y no es para menos. Una gran estructura comandada por varios cocineros acaparó la atención de los más jóvenes hasta la hora de comer. En total, se repartieron sobre 500 raciones y, aunque parezcan demasiadas, “houbo xente que se quedou sen poder comer paella”, dijo Leira. No obstante, aprendieron la lección. “Para o ano temos que facer 1.500 racións”, comentó.
Ya por la tarde, una gran cantidad de familias con niños –que fue lo que más predominó–, jóvenes e incluso gente más experimentada abarrotaron la plaza para disfrutar del buen tiempo y de la celebración.
A partir de las 17.00 horas, hubo juegos tradicionales donde los más pequeños volvieron a ser protagonistas. “Os nenos asumen esta festa como propia. Son eles os que reclaman ir porque aí teñen o seu espazo propio”, sentenció el secretario de la asociación vecinal. El broche final lo dieron los conciertos, que superaron las propias expectativas de Leira en cuanto a afluencia de público.