9º-15º
miércoles | 24 abril | 2024
La Audiencia Provincial celebrará mañana el juicio de tres supuestos narcotraficantes a los que se les acusa de llevar un negocio de distribución de narcóticos desde un locutorio, donde la Policía halló más de tres kilos de cocaína durante una redada en 2018. De los tres, dos son de nacionalidad, extranjera: ‘B’ es español, ‘C’ es oriundo de Bangladés y ‘A’ de Argelia. Esto último es relevante porque, como este último reside en España de forma ilegal, la Fiscalía ha pedido que sea expulsado sin posibilidad de volver durante ocho años, mientras que para los otros dos se pide una pena de prisión de siete años.
Ninguno de los dos tiene antecedentes penales, por lo menos en lo que se refiere al tráfico de drogas, pero eso no les impidió llevar un próspero negocio que pertenecía a ‘C’ y se fundamentaba en mucho más que en videollamadas y envíos bancarios. Los agentes de la Policía Judicial comenzaron la investigación en febrero de 2018, después de recibir un chivatazo.
Durante el dispositivo de seguimiento los investigadores comprobaron que sobre las 10.30 horas el copiloto de un vehículo, del que no se concretó su matrícula, accedía al locutorio y que pasados unos minutos salía de allí y se iba en el vehículo. Tras realizar un seguimiento del coche en cuestión por los agentes lo interceptaron, incautándosele una bolsita que contenía en su interior cannabis.
Poco después los agentes accedieron al interior del locutorio y observaron como el argelino entregaba al también acusado español que era el empleado del ciberlocutorio, 270 euros, que se supone era el fruto de trapicheos en el interior del local.
El acusado en situación irregular era el que realizaba los trapicheos en el interior del local. Los otros dos acusados colaboraban con él guardando las drogas en los habitáculos de los puestos de ordenadores, recibiendo a cambio parte del dinero obtenido de las transacciones de ‘A’, bien directamente el acusado ‘C’ como propietario del negocio o a través del acusado ‘B’ que en su función de empleado recibía el dinero conociendo su origen y luego entregaba al propietario. También estos dos últimos acusados facilitaban el acceso a las diferentes estancias del ciberlocutorio a los clientes.
Los agentes, tras observar la entrega de dinero entre ‘A’ y ‘B’ procedieron a su detención y en el cacheo que se le efectuó a ‘A’ se le encontró una bellota de resina de cannabis, una cuchilla y 400 euros que procedían de otras transacciones de estupefacientes efectuadas previamente con terceros.
Luego efectuaron un registro en el locutorio e incautaron en un puesto de ordenador: ocho bolsitas de cocaína, con un peso de 3,1 gramos y una pureza del 61,65%, tres bolsitas de heroína, tres bolsitas de heroína, con un peso de 0.753 gramos y una pureza del 33,19%, y 19,2 gramos de cannabis en total. El valor conjunto sería de 538 euros.
