José Luis Saavedra | “El Cine París va a ser un lugar de referencia en el ocio de A Coruña y en toda Galicia”

José Luis Saavedra | “El Cine París va a ser un lugar de referencia en el ocio de A Coruña y en toda Galicia”
El hostelero Emilio Ron y el padrino del Cine París, José Luis Saavedra, en el tejado del histórico edificio | Patricia G. Fraga

Cuando el próximo viernes 28 el Cine París suba el telón para su gran reapertura, quedará para siempre inmortalizado junto al nombre de la histórica sala de la calle Real el de José Luis Saavedra (Cesuras, 1945). Poco amigo de las apariciones públicas, en cierta forma su legado forma parte del álbum de recuerdos de varias generaciones de coruñeses. Él cambió la forma de vestir, de salir e incluso de acudir a conciertos de una ciudad que en los 70 y los 80 coqueteaba con lo moderno: trajo la ropa lavada y de lino, las macrodiscotecas como Pirámide y colaboró en la llegada de los Rolling Stones, Prince o Frank Sinatra a Galicia. Ahora, los que beben de ese legado han querido dedicarle el speakeasy del París.

 

¿Qué sintió cuando supo que el Cine París se llamaría también José Luis Saavedra?

Me lo tomé un poco a broma, pero es algo que a Emilio Ron le apetecía por la gran amistad que tenemos y por haber comenzado de relaciones públicas conmigo en la discoteca Pirámide.

 

Después de visitar la obra por dentro, ¿qué sensaciones le provoca?

No creo que se equivoquen de enfoque: va a ser un sitio de referencia en el ocio de la ciudad y en Galicia.  

 

¿Cómo sería el ocio nocturno de no haber llegado usted a la ciudad?

Traía unas ideas muy frescas y comencé por la moda. Tuve tres tiendas: Metamorfosis, Rodeo y Moda Joven. El lino ibicenco y los primeros pantalones lavados los traje yo.  

 

Y, de ahí, a la noche...

Es lógico. Yo controlaba la juventud y el ambiente. Vi una necesidad de crear un local de hostelería que diera servicio a los que yo ya vendía moda. Primero llegó Equilibrio, en la avenida de Arteixo. Fue el primer lugar en el que se hicieron platos combinados, pero de cocina. Detrás había un pub en el que actuaron Cañones y Mantequilla, Facundo Cabral... artistas inmesos y de un atractivo muy importante. De ahí llegó Pirámide, en 1980.

 

¿Cómo era A Coruña entonces?

Diferente. Yo abría por la tarde y allí se juntaban las personas maduras, que tomaban sus copitas después de trabajar y antes de irse a casa. Por la noche, ya entraba el ambiente de hosteleros, que tenían sus negocios y terminaban la jornada. Abríamos toda la semana.

 

¿Qué implicó cambiar la ciudad en tan poco tiempo?

La importante está en la música y la tolerancia. Teníamos un control muy exhaustivo, pero al mismo tiempo siempre tuvimos los Djs más significativos de la ciudad. En esa época, Quique Loureda era un especialista en música negra, Nico Pol en música latina y mi competencia, Fernando Pereira del Playa Club, el mejor poniendo discos grabados en directo. Transformamos a través de la música y las fiestas.

 

¿Es cierto eso de que la gente era más educada ahora?

Sin lugar a dudas. No se daban tanto las pandillas. Ahora la gente va mucho más en grupo, por parcelas y por edades. Eso no existía.

 

¿Qué consejo le daría a Emilio Ron?

De todo el mundo que conocí en la noche, fue el mejor relaciones públicas y la persona más comunicativa, la que logra conseguir más clientes para una fiesta. Debe medir y controlar su fuerza, es lo que requiere el local. Tiene que dominarlo él, no que el ambiente de fuera lo domine.

 

¿La noche engancha?

Tiene magia. Las cosas que pasan de noche nunca pasan de día. El comportamiento de tus propios amigos o círculo social son totalmente distintos. Es clave que lo que pasa en la noche se quede en la noche. Siempre le decía a mis compañeros de hostelería una frase de Astérix: “No dejéis que el cielo os caiga encima”. Aunque estés de noche, hay que levantarse por la mañana igual.

 

¿Cómo se consigue el respeto?

Hay que ser respetuoso e íntegro, pero sin permitir que te avasallen.

 

¿Se queda con la noche o con los Stones, Sinatra, Prince...?

Pirámide crecía a un ritmo del diez por ciento anual, lo que no es normal y no sabía muy bien los motivos. En los Rolling Stones vendí 44.000 cañas, 18.000 combinados y 6.000 bocadillos. Supuso un récord absoluto en número de ventas en Galicia. Llegaron con un día de antelación y los llevamos a Noia, a Portosín, Porto do Son... 

José Luis Saavedra | “El Cine París va a ser un lugar de referencia en el ocio de A Coruña y en toda Galicia”

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