Las galerías de A Coruña suponen más de la mitad de las licencias de mantenimiento

El Concejal de Urbanismo se muestra satisfecho del nivel de compromiso de las comunidades
Las galerías de A Coruña suponen más de la mitad de las licencias de mantenimiento
Vista de La Marina desde una de sus emblemáticas fachadas acristaladas | Patricia G. Fraga

A Coruña no se ha ganado su nombre de Ciudad de Cristal por sus torres, aunque tenga unas cuantas. Por mucho tiempo que pase, nada ha podido desbancar las galerías como la señalar como elemento distintivo. “Es algo característico de la ciudad”, reconoce el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego. Pero, como tantas otras cosas valiosas, las galerías son también la parte más delicada de la arquitectura de la ciudad, y deben recibir un cuidado continuo. “Recibimos constante de solicitudes de licencia de mantenimiento –admite Díaz–. Cada cierto tiempo hay que lijarla, pintarla, sustituir quizá algún vidrio”. De hecho, la mayor parte de las licencias de mantenimiento que se tramitan en A Coruña: en lo que va de año, se expidieron 44, de las que más de la mitad fueron de galerías. 

 

 

 

 


Y por supuesto, al tratarse la mayoría de inmuebles localizados dentro de la zona que afecta al Plan Especial de Protección, Reforma y Rehabilitación Integral (Pepri) que abarca a la Ciudad Vieja y Pescadería que engloba las galerías históricas de la ciudad, están catalogadas y vigiladas tanto por el Ayuntamiento como por Patrimonio. 
 

 

 

Por supuesto, cuando se hacen unas obras de mantenimiento o de sustitución, si es que la madera ya ha dado de sí todo lo que podía, hay que recurrir a materiales tradicionales y asegurarse de no modificar el aspecto del edificio. Díaz, en su calidad de arquitecto, destaca que “la galería tiene que mantener el vidrio simple y la estructura de madera original”. Es decir, que estos edificios no pueden acometerse obras que, por ejemplo, mejoren la eficiencia energética, como está tan de moda. “Hay que tener en cuenta que la galería no solo es la madera, es el muro también que se encuentra detrás. Entre medias hay un pasillo que lo separa”. 
 

En el muro se puede actuar para mejorar el aislamiento, pero lo que nunca hay que hacer es derribar el muro, porque eso destruiría la razón de ser de la galería. Pero, incluso lo impensable puede ocurrírsele a alguien. “Nos hemos encontrado con algún caso en el que se ha solicitado”, admite el responsable de Urbanismo. Y por supuesto, se ha rechazado. 
 

En general, Díaz admite sentirse satisfecho por el nivel de mantenimiento de las galerías de la ciudad y “eso que pocas veces nos libramos de tener alguna cubierta por andamios, porque el manteniendo es constante. Tiene una periodicidad para su mantenimiento”. En opinión del edil, las comunidades están concienciadas de lo que significa vivir en un edificio histórico con galería 
 

Es decir, que no solo es un privilegio, sino también un deber y por eso tienen fijado cada cierto tiempo una renovación de la fachada. “Lo tienen muy interiorizado”, insiste Díaz, que reconoce que hay algunas zonas mejor conservadas que otras. Entre las mejores se encuentra, sin duda alguna, La Marina.
 

Desperfectos 

Por supuesto, incluso en el caso de La Marina, hay excepciones. En enero, la borrasca ‘Eowyn’ dañó un edificio de casi cien años, ubicado en la esquina con la calle Luchana, al lado del teatro Rosalía. La galería de madera exhibía una profunda raja que recorría todo el tercer piso. Sin embargo, este daño se había producido durante una borrasca anterior, y desde entonces no se había reparado. En realidad, los pisos superiores están vacíos y en estado de abandono.
 

“El mal estado de una galería solo ocurre cuando todo el edificio está abandonado”, mantiene el concejal. Como suelen decir los entendidos, lo peor que le puede ocurrir a un edificio es que nadie viva en él, y los que cuentan con una galería acristalada no son un excepción.

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