La más extraña historia del apagón en A Coruña: la hoguera de Labañou

Una fogata en la plaza de Alcadesa Alberta Tapia desató la mayor intervención policial de la jornada
La más extraña historia del apagón en A Coruña: la hoguera de Labañou
Vecinos de Labañou, junto a la hoguera

Quizá la más rocambolesca historia que dio de sí la noche del apagón la vivieron los vecinos de Labañou, justo justo después de que regresara la luz. Habían pasado la noche alrededor de una hoguera, cuando irrumpieron en la plaza de Alcaldesa Alberta Tapia varios coches patrulla, tanto de la Policía Local y Nacional, así como furgones de antidisturbios. Los vecinos contemplaron boquiabiertos el despliegue. Al parecer, alguien había informado a las autoridades de que se había congregado una multitud alrededor de una enorme fogata. 

 

Gitanos
 Vecinos, alrededor de la fogata

 

"Tenía quince centímetros de altura, no más", insiste José María Barrul, vecino de la zona, un poco indignado. La Policía se negó a marcharse hasta que la apagaran, lo que les molestó aún más. "Fue un espectáculo bochornoso", asegura Barrul que reconoce que había allí 50 personas, pero la mitad eran mujeres y niños pequeños. 

 

Todo se desarrolló de buenos modos. Él les instó a irse, dado que pensaba que su presencia podía ser necesaria en otro punto de la ciudad, sumergida en la oscuridad del apagón. "Seguro que están robando y delinquiendo por ahí", les dijo. Pero la Policía se negó y aseguró que no todos los efectivos estaban en la plaza. "Debían ser el 90% de todos los coches", comenta el testigo.

 

 

 

 Los vecinos del edificio conocido como 'la herradura' por su forma semicircular, forman una comunidad bien avenida, que se suele congregar en el bar de la plaza. Cuando se fue la luz, como hay mucha gente que solo tenía vitrocerámica, todos bajaron que tenían en casa para compartir. "Yo bajé albóndigas, otro dos kilos de alitas de pollo", explicó el vecino. Allí, sentados en las sillas de la terraza del bar, echaron relajadamente la tarde, en compañía de amigos y familiares. 

 

 

Cuando cayó el sol, repatieron velas, o linternas, y los que estaban en la calle decidieron encender una hoguera. Cogieron un poco de arena de la playa para proteger el firme y usaron maderos de dos palés. "Mucho menos que en San Juan", insiste Barrul. Así al amor de la lumbre, contaron chistes e historias tranquilamente. Eso, hasta que apareció la policía. "Los mayores se asomaban a las ventanas y les abucheaban", asegura Barrul.  No fue un buen final, pero sí les dio para otra historia. 

La más extraña historia del apagón en A Coruña: la hoguera de Labañou

Te puede interesar