Conchita Astray | “Con Paco Vázquez fue cuando estuvo más alto el coruñesismo”

Conchita Astray | “Con Paco Vázquez fue cuando estuvo más alto el coruñesismo”
Conchita Astray, en la playa de Riazor, en la zona donde se suele montar la falla en San Juan | Pedro Puig

Entrevista CTV

 

Faltan apenas un par de semanas para la noche de San Juan, “la fiesta por excelencia” para Conchita Astray (A Coruña, 1964). Aunque sigue saltando la hoguera y cumple los ritos que manda la tradición, la presidenta de la Asociación de Meigas asegura que ya no lo vive como antes. “Desde el año 16 no venimos a la playa para nada ; tomamos sardinas y demás pero en un reducto pequeño, en la Ciudad Vieja”.

 

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de A Coruña? 
La playa del Parrote, que tengo una foto con mi padre. Vivíamos en la Ciudad Vieja.

 

¿Es su ‘barrio’ la Ciudad Vieja? 
No, siempre escapé de la Ciudad Vieja. Pero como vivía en Puerta de Aires, sales y, a mano derecha, María Pita. Siempre hacia el centro. Avenida, zona de quedada. Íbamos a la cafetería Volumen, a Oxford y luego, ya un poco más mayor, a los vinos.

 

¿A qué colegio fue? 
A Franciscanas. Allí estuve toda la etapa educativa. Es más, tuve que repetir parvulitos por la edad, porque era muy pequeñita. Pero mi madre era antigua alumna y por eso entré.

 

¿Y qué recuerdos tiene de la etapa del colegio? 
Yo estaba feliz; me castigaban sin ir al cole (risas).

 

¿Tanto le gustaba? 
Sí, sí, yo es que me lo pasaba muy bien cuando era pequeña. De hecho, tengo mayor relación con la gente del curso primero, que solo fue un año, que con las de mi propio curso, es una cosa curiosísima. 
 

¿Y qué tal estudiante era? 
Bueno...

 

¿Le reñían mucho? 
Por hablar. Llegué a estar sola en la fila. Daba igual, porque hablaba con la de atrás, no tenía problema (risas). ¿Y luego estudiar? Lo justo y necesario. Sí es verdad que, antes había globales, yo tenía que ir a los globales en junio, sobre todo de matemáticas, física y tal. Y lo sacaba, con lo cual puedes imaginar lo que significaba en mi casa: si en un mes sacas la global, ¿todo el curso qué haces?

 

¿Y cuál era su vocación, hacia dónde quería encaminarse? 
Yo, desde muy pequeña, con cuatro años o cinco, empecé a hacer ballet. Con José Miguel Suárez-Torga, que tenía una escuela de danza muy buena. Y a los 14 dejé el ballet y me fui a danza española. Nos íbamos a examinar a Alicante, al conservatorio y tengo los cinco años. Luego había que hacer las complementarias y todos esos rollos, pero mi padre se murió en 1984 y ahí dejé todo.

 

¿Pensaba enfocarse profesionalmente hacia la danza? 
Claro no lo tenía. Carreras no me gustaba ninguna, estudiar no me gustaba. Luego la vida me llevó a trabajar en mil sitios, conocer muchas personas y a aprender de todo. Y no me arrepiento de nada. Eso sí que es verdad.

 

Vamos, que ha hecho un poco de todo...  
Sí, pero todo relacionado. Estuve trabajando en Fenosa, en atención al cliente, en Páginas Amarillas de administrativo y en el Hospital Militar justo en el periodo en que se cerró. Ahí ya nos echaron a todos y no hubo posibilidad de volver. Estuve trabajando hasta hace poco en una residencia de mayores, en la recepción, y ese trabajo me gustó mucho. Era feliz allí con mis viejitos y los familiares.

 

Y en todo este resumen vital, ¿en qué momento entra en contacto con Hogueras? 
En el año 84. La Meiga Mayor de ese año, Mabel Rodiño, era compañera del grupo de danza y nos ofrecieron la posibilidad de bailar en el programa de las Hogueras, en la plaza del Maestro Mateo, con un espectáculo que se llamaba ‘España, así es tu danza’. Fue un cúmulo de circunstancias porque el Ayuntamiento les había dejado el escenario sin montar y tuvieron que pedir ayuda a los de los coches de choque. Y llegamos nosotros y no estaba todo listo, protestamos... Por la noche bailamos y ahí quedó la cosa. Pero no grabaron el sonido y había que quedar en julio para grabar el zapateado, castañuelas y todo eso. Yo veraneaba en Barrañán y tenía que venir. Y dije: “Paso de venir, paso de las hogueras y paso de todo”.

 

Pero al final no fue así...
Yo había hecho azafata de congresos en una academia que había en pasadizo de Pernas, que se llamaba Cooper, y en septiembre Hogueras organizó un homenaje a Rafael García Barros y la escuela se unió poniendo las azafatas. Y yo fui. Y, bueno, desde ese momento empezaron a explicarme lo que era aquello y entré para llevar las relaciones públicas.

 

Y luego fue Meiga Mayor.  
En octubre. Tuve la mala suerte de que mi padre se murió en diciembre. Estaba encantado porque, además, él era festeiro a tope, le encantaban esas cosas. Pero tuve problemas con mi familia, porque querían que lo dejara y no lo pasé nada bien. Fue una experiencia impresionante pero echaba mucho de menos a mi padre.  

 

¿Qué significa Hogueras para la ciudad? 
Suena mal y pedante, pero si no llega a ser por nosotros... Primero por la Comisión de Hogueras de San Juan y luego por la Asociación de Meigas, las hogueras no hubieran llegado a donde llegaron. Fueron muchos años de hacer cosas, de luchar. En la playa no se quemaba absolutamente nada, se hacía delante de la Compañía de María. Y ahora...
 

¿Y qué les diría a quienes les acusan de ser un poco rancios? 
La gente no ve bien que las niñas vayan con una mantilla pero no son las hogueras de Juan, son las hogueras de San Juan. Hacemos una ofrenda floral, una misa, porque es nuestro patrón. Nos tachan de rancias y casposas pero a las falleras y a las bellezas del fuego no, ¿verdad? El alcalde de la Marea estuvo en el balcón con las falleras, en Valencia, el día de San José. Si somos, somos todos, porque todos intentamos mantener las tradiciones. Lo que sea tradicional, no gusta. A mí tampoco me gusta el fútbol y no quiero prohibirlo. En nuestro programa hay danza, corales, rock... de todo y para todo el mundo.

 

¿Que le hace sentirse orgullosa de su ciudad? 
El coruñesismo, que se está perdiendo.

 

¿Le parece? 
Al cambio y con diferencias, es lo que está pasando ahora en Vigo. El alcalde ha conseguido unir a todo el mundo para que su ciudad vaya adelante. Aquí, con Paco Vázquez, fue cuando más alto estuvo ese sentimiento, estaba La Coruña por encima de todo. 
 

¿Y qué no le gusta de la ciudad? 
Se está volviendo muy gris. Y cuando destaca, destaca por algún incidente no muy agradable.

 

¿Cuando viene alguien de fuera a dónde lo lleva? 
Evidentemente, a la Torre. Antes, al jardín de San Carlos... Otro sitio curioso era el reloj floral, el estanque de los peces.

 

¿Y si pudiera hacer un viaje en el tiempo, a qué época iría? 
Soy una enamorada de los cincuenta y los sesenta. De lo vintage, como se llama ahora. La Coruña tenía que ser muy divertida.

 

 

Preguntas Cascarilleiras

¿Churros de Bonilla o churros del Timón?
Los churros de Bonilla están muy buenos y los del Timón, también. Por cercanía, me toca Bonilla.

 

¿Jardines de Méndez Núñez o monte de San Pedro?
Los jardines de Méndez Núñez para mí tienen muchos recuerdos, cuando iba de niña, los caballitos... Pero el monte de San Pedro reconozco que es una preciosidad. Está un poco abandonado, pero me parece espectacular, sobre todo por el tema de las baterías. Cualquiera de los dos sitios merecen ser cuidados y potenciados.

 

¿Calle de la Estrella o calle de la Barrera?
Yo soy más de la Estrella que de la Barrera pero reconozco que ya quedó un poco fuera y ahora es la Barrera. Recuerdo que, en la Estrella, en navidades, lo único que tenías que hacer era bajar a la esquina y te encontrabas con todo el mundo.

 

¿Bebe agua de Emalcsa o embotellada?
De Emalcsa. Cuando bebo agua. Café sí que tomo mucho y muy a menudo, pero el agua no me sienta muy bien.

 

¿Playa de Riazor o playa del Orzán?
La playa de Riazor, porque para mí significa muchas cosas pero para bañarme prefiero el Orzán. Pero yo veraneé toda mi vida en Barrañán y esa es la playa que me gusta.  

 

¿Suele recorrer la ciudad a pie o motorizada?
A pie. Y, si no, en bus o en taxi. No conduzco.

 

¿Y sabe qué bus tiene que coger para ira  su casa?
Claro, tú piensa que para ir a Puerta Real no tienes ningún problema porque pasan todos.

 

¿Es de helados tradicionales de toda la vida, como la Ibi o la Colón, o de sabores más modernos?
Me gustan todos pero recuerdo con mucho cariño la Ibense. Iba a ver a mis tías a Federico Tapia y nos invitaban a un helado. A mí me gusta una mezcla muy rara, fresa y limón.

 

¿Prefiere una verbena o un concierto?
Las verbenas de ahora las odio. Eso de “todos a una, Fuenteovejuna”... A mí me gustan las verbenas de verdad, en las que bailas, no que te dirija nadie. La verbena de toda la vida. Los conciertos también me gustan, me impactó Prince, pero no fue en Coruña.

 

Pero Prince estuvo aquí... 
Sí, pero yo lo vi en el Monte do Gozo. Había visto un vídeo de mi hermano, que sí había ido a los Jesuitas, y me habían quedado ganas de verlo. Y aluciné.

 

¿Carnaval o San Juan?
Son dos cosas totalmente diferentes y todo cabe en el mapa. En Carnaval iba con mis padres a la Hípica. Mi padre se hacía él los disfraces y ganaba siempre. Terminaba un año y ese día ya estaba pensando en el siguiente. Pero, para mí, la fiesta por excelencia es San Juan.

 

¿Dice más chorbo o neno?
(Risas) La verdad es que... ninguna de las dos. 

Conchita Astray | “Con Paco Vázquez fue cuando estuvo más alto el coruñesismo”

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