Los cañones de San Pedro apuntan a una restauración total

Los cañones de San Pedro apuntan a una restauración total
Una de las baterías del parque de San Pedro o | Javier alborés

Las enormes baterías de San Pedro son las máquinas de guerra más grandes que han existido nunca en la ciudad pero lo cierto es que nunca han entrado en combate, y que ya solo son uno de los principales atractivos del parque del monte de San Pedro. Por eso la Concejalía de Medio Ambiente, finalizó recientemente la restauración de uno de los cañones y avanza en los trabajos de la segunda batería.

 

Los dos cañones Vickers tienen un calibre de 381 mm (15 pulgadas) y su longitud es de más de 17 metros y podían disparar de una tonelada de peso a casi 40 kilómetros de distancia. Estas enormes piezas Vickers que se fundieron en la fábrica de Barrow in Furness, Inglaterra. Fueron adquiridas en el año 1929 y, tras su verificación y pruebas de tiro, fueron transportadas por mar hasta el puerto militar de Ferrol, y, desde allí, a su ubicación final en A Coruña. Trasladarlo fue una proeza en sí mima, que hubo que instalar raíles desmontable para llevarlo, metro a metro, hasta lo alto del monte. Finalmente, realizaron el primer disparo de prueba en 1933. Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando más posibilidades tuvieron de entrar en combate puesto que, aunque España era oficialmente neutral, el régimen de Franco permitía que las naves alemanas y los submarinos buscaran refugio en los puertos gallegos. Protegidos por las enormes baterías de monte de San Pedro, así como sus gemelos en Ferrol.

 

La zona verde del parque también cuenta de nuevo con el laberinto de trazado inglés, que había quedado arruinado por la aparición de un hongo que devoró los arbustos

 

 

La guerra pasó y con ella, el peligro. Con el paso de los años, los cañones se volvieron obsoletos antes las nuevas formas de guerra. Durante todo ese tiempo, las gigantescas baterías efectuaron únicamente disparos de prueba que, según cuentan, provocaran que temblaran los cristales  de las ventanas a kilómetros a la redonda. El último de ellos se efectuó en 1977. Desde entonces, los cañones no han podido ser oídos, pero si admirados cuando el Ministerio de Defensa cedió los terrenos al Ayuntamiento en en 199 se inauguró el parque.

 

 

Recuperación

 

Esta actuación forma parte do compromiso do Gobierno municipal con la recuperación das zonas más emblemáticas de la ciudad, como los jardines de Méndez Núñez, el jardín de San Carlos, y ahora, el parque de San Pedro. Este espacio es un gran foco turístico y de ocio, por lo que su recuperación constituye una prioridad. No solo se trata de los cañones: también se completaron los trabajos de recuperación de los aseos públicos y la maquinaria bélica expuesta en el exterior do parque. Destaca la recuperación del Museo de Interpretación de los Cañones de la batería militar, que volverá a abrir al público próximamente y que contiene piezas históricas de artillería que  podrán ser visitadas de nuevo cuando esté todo listo. De momento, el proyecto está centrado en la recuperación del mobiliario y de la señalización.

 

Por otro lado, también se ha recuperado la cúpula del mirador de San Pedro para la celebración de eventos y otras actividades colectivas mediante la habilitación de su interior e a reparación das escaleras exteriores. El laberinto fue restaurado también por completo tras verse afectado en 2019 por una plaga de hongos que obligó a replantar todos los arbustos para que volvieran a formar los muros de los pasadizos. Ahora los visitantes podrán volver a perderse en él. Si se atreven. 

Los cañones de San Pedro apuntan a una restauración total

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