Los heridos por atropellos en A Coruña registraron el año pasado la cifra más baja de los últimos cuatro ejercicios. Según la memoria de la Policía Local, las personas accidentadas tras ser arrolladas por un vehículo en 2024 fueron noventa (16 graves y 74 leves), frente a las 117 de 2023, 108 de 2022 y 98 de 2021.
De los noventa atropellos, 22, o lo que es lo mismo, el 24,4%, fueron de personas mayores de setenta años. Además, solo cuatro fueron graves y 18, leves. La segunda franja de edad que experimentó más accidentes de este tipo fue la de 51 a 60 años, un 20% del total (18). En este caso, hubo cinco heridos graves, y 13 leves.
Los jóvenes de entre 18 y 30 años se encuentran en tercer lugar. Fueron catorce los atropellos (el 15,5% del total), de los cuales uno fue grave y los trece restantes, leves. Con doce viandantes arrollados, el rango de edad de entre 61 y 70 años (13,3%) sufrió dos accidentes graves y diez leves. En los tres últimos puestos se encuentran, por este orden, las personas en la franja de edad de 31 a 40 (11,1% y diez atropellos, uno de ellos grave); las de 41 a 50 (10%, con nueve, tres de ellos grave); y menores de 17 años, con cinco personas arrolladas (5,5%), todas ellas en estado leve.
No necesariamente tiene que ser un coche el que provoque un atropello. Sin ir más lejos, hace un mes, A Coruña registró su segundo arrollamiento en menos de 24 horas por un ciclista a un peatón con un vehículo de BiciCoruña. El accidente tuvo lugar en la avenida de La Marina, a la altura de su número diez, y en él resultó herida una mujer de 84 años, que se abrió una brecha en la cabeza. A este incidente se sumó otro el día anterior que tuvo lugar en San Andrés, protagonizado por un menor, que arrolló a una septuagenaria.
El Ayuntamiento está interesado en seguir reduciendo la velocidad con la que se circula por el centro de la ciudad, que ya es zona 30 en todas las vías de sentido único. La concejala de Movilidad, Noemí Díaz, indicó a finales de año que el Gobierno local instalará badenes en todos los pasos de cebra de la urbe.
Circular lentamente puede exasperar a los sufridos conductores, pero también reduce la siniestralidad. “E, sobre todo, a gravidade dos sinistros”, puntualizó Díaz.
La edil explicó que son las propias asociaciones de vecinos quienes solicitan estos sistemas de seguridad para sus calles. “Elevar os pasos peonís é moi importante”, aseguró.