Del Cadillac dorado al Morgan de tres ruedas: los clásicos toman María Pita

La plaza se convierte un año más en una pasarela sobre ruedas que triunfa entre los más jóvenes
Del Cadillac dorado al Morgan de tres ruedas: los clásicos toman María Pita
A la izquierda, varios vehículos en María Pita y, a la derecha, el Morgan de tres ruedas, un coche de 1934 | Quintana

A Coruña volvió a viajar en el tiempo. Y ya van 33 veces que María Pita se convierte en la capital de los coches clásicos con el Rallye Teresa Herrera, que reúne  a auténticas joyas sobre ruedas que recorren la ciudad y su comarca y que hoy hicieron parada en la histórica plaza herculina, un año más llena de público que no se quiso perder la oportunidad de ver de cerca vehículos de casi cien años de antigüedad.


“Cada año se ve más gente joven, que se sorprenden al ver cómo eran antes los coches. Muchos los habían visto en las películas, pero no físicamente. La verdad es que tienen mucha gracia y llaman mucho la atención”, asegura Alberto Garrido, presidente de Veteran Car y organizador del Rallye Teresa Herrera.

 

 

 

De los 37 vehículos que participan este año, la joya más antigua es un Pierce Arrow de 1928. Pero entre los que más llaman la atención están un Morgan de tres ruedas de 1934 y un Cadillac dorado de 1959. “Es la época espacial y tiene unos alerones espectaculares”, destaca Garrido.


También hay marcas como Chevrolet, Mercedes, Ford o Bentley, con modelos hasta el año 1965 restaurados con mimo y con arte para lucir ‘como nuevos’.


“La época de los años cincuenta y sesenta tiene coches preciosos. Los diseños son más especiales. Ahora es que todos los coches se parecen”, lamenta el organizador.


Este evento ya sobrepasa las tres décadas y es una cita obligada en el calendario de los coruñeses. Este año participan más de cien personas, que llegan desde todos los puntos del país, como Madrid, Alicante, Murcia, Valencia, Barcelona, Toledo o Sevilla.

Una experiencia única: recorrer la ciudad en un coche  de casi cien años

Pasearse en un coche de casi cien años de antigüedad es una experiencia que solo unos pocos tienen el lujo de vivir. Los participantes del Rallye Teresa Herrera lo hacen durante tres días, el último de ellos mañana. Su recorrido empezó el viernes, con María Pita como punto de salida, llamando la atención de todo lugar por donde pasaban. Desde los Cantones o Juana de Vega hasta la Torre de Hércules o el Parrote, sorprendían a los ciudadanos y turistas que se encontraban en la ciudad. hoy fue el turno del río Sisalde, para retornar de nuevo a su punto de partida, María Pita, a rebosar de personas que querían ver de cerca el espectáculo. Mañana toca Ares, cerrando tres días de rutas inolvidables para sus más de cien participantes. 

 

Las bodas, clave de éxito


Bien es cierto que las bodas, donde está de moda llegar al evento en un coche clásico, han hecho a muchos interesarse por este mundo, que cada vez gana más adeptos. “Muchos los conocen por las bodas y vienen a ver más modelos”, explica el presidente de Veteran Car.


Pero este es un evento que va más allá del motor. Es un punto de encuentro entre amantes de los coches clásicos, pero también una lección de historia sobre ruedas que pasa de abuelos a nietos.


Aunque el encanto del rallye no se limita a los coches. Los participantes visten atuendos de época, como vestidos flapper, sombreros fedora, guantes y zapatos Oxford, recreando el ambiente de los años veinte y haciendo que el público se sienta parte de un auténtico viaje en el tiempo. 
 

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