La última vez que estuvo en A Coruña llenó el Coliseum con su gira ‘Sin cantar ni afinar’. Fue en 2022, un año después de haber lanzado el álbum que lo consagró en la escena musical nacional: ‘El Madrileño’. Este lunes, Antón Álvarez, conocido como C. Tangana, llegó al Centro MOP del muelle de Batería para abrir la nueva edición de ‘The MOP talks’, un ciclo de charlas abiertas al público con figuras relevantes de la cultura que está impulsado por la Fundación Marta Ortega Pérez (Fundación MOP).
El artista conversó, ante 200 asistentes (las entradas, gratuitas, se agotaron en segundos), con Santos Bacana sobre los retos del cantante en contraposición con los retos del director de cine. Grandes amigos, pasadas las 19.00 horas salieron al escenario de la nave del muelle de Batería tras el fin de una cuenta atrás que todos aquellos que habían conseguido invitación esperaban con ansias. Entre el público, Marta Ortega y Carlos Torretta, que pudieron comprobar de primera mano los retos que afronta C. Tangana tras el éxito de ‘El Madrileño’ y de su debut como director con ‘La guitarra flamenca de Yerai Cortés’.
El artista, que ha vuelto “a la rutina de estudio”, no tardó en dejar a sus fans con la boca abierta. Tan solo una frase fue suficiente para ver caras de asombro entre los asistentes: “No estoy seguro de que vaya a salir un disco, ni siquiera una canción”. Su álbum ‘El Madrileño’ le ha ayudado a que su estilo de vida actual “no sea tan radical”, pero el proceso es el mismo: “No tengo ni idea de cuál es el primer paso. Es cuestión del formato y muchas veces te preguntas: ‘¿Qué cojones estoy haciendo?’”.
El estudio de grabación, dice, es como un taller. “Un lugar sucio, con herramientas desgastadas. No tengo ni idea de lo que voy a hacer”, comentó. Tras la película con la que debutó como director, señala, “estoy en un momento de reconfiguración. La mayoría de días son, sobre todo ahora, tirados a la basura. La jornada normal del estudio son diez horas”, explica. A preguntas de Bacana, el ‘Madrileño’ recordó cómo se gestó su gran ‘hit’, ‘Tú me dejaste de querer’. En menos de una hora, relató, se “produjo el alumbramiento”, pero “esa hora requiere de seis horas antes de palos de ciego y probar cosas que no funcionan. Ese momento corto no se produce nunca en el minuto cero”.
El artista también desveló su pelea interna, y es que rechaza la idea de dominar técnicas armónicas. “Sigo creyendo en una especie de inspiración de lo salvaje, del atrevimiento de la ignorancia. Cuantos más conocimiento tengo, menos capacidad tengo de hacer algo original”, sostuvo.
Tangana echó la vista atrás a su época como rapero, cuando “había gente que no daba un duro por mí y hacía mis pistas y ritmos en casa después del insti, incluso del cole”. A su vez, mientras los 200 coruñeses afortunados de escuchar su voz pudieron comprobar que el artista es una persona cercana y apasionada, que, al final, el rap es “muy performático. Te ayuda a chulearte y a vivir flipado. Pero tiene un límite”. A modo de despedida, dio a conocer su forma de ver el arte: “Necesito sentir esa pasión loca e invertir mi vida en algo nuevo que no conocía. Mi idea es seguir encontrando una nueva faceta que me lleve a un momento de estrés y luego se integre”.