Breve historia de dos símbolos coruñeses: el Obelisco y los jardines del relleno

Breve historia de dos símbolos coruñeses: el Obelisco y los jardines del relleno
Ambiente en el entorno del Copacabana y el Palco de la Música

Pocos monumentos son tan singulares en La Coruña como el Obelisco, señal de identidad de la propia ciudad. El mismo fue levantado en memoria del que fuera alcalde de la ciudad, don Aureliano Linares Rivas, y la idea de su construcción parte de una comisión popular que estaba presidida por Narciso Obanza, la cual se dirigió al Ayuntamiento en 1893 para solicitar su apoyo, algo que el propio concejo rubricó.


Dicho Obelisco es una columna con la parte interior hueca, llevando un reloj alojado en la parte superior cuyo mecanismo es accesible desde la base de la columna. Está compuesta de una base octogonal elevada sobre tres gradas, rodeada por un pequeño jardín en el cual se representa de modo foral, entre otras filigranas, la Torre de Hércules, símbolo de la ciudad de cristal. En uno de los mayores lados de la base se halla el busto en bronce del citado Aureliano, mientras que en los otros dos relieves existen las grabaciones de los datos geográficos y meteorológicos de la ciudad.


Sobre su pedestal hay una base decorada que soporta un fuste corintio estriado, y coronando el mismo hay un reloj de cuatro esferas. En su parte superior figura un remate de una veleta con los cuatro puntos cardinales, un bergantín sobre su flecha direccional del viento y un pararrayos. Siendo Gabriel Vitini el autor de la parte escultórica de dicho Obelisco, su proyecto técnico fue rubricado por el arquitecto Antonio de Mesa. Según cuentan las crónicas, el Obelisco se inauguró el 10 de febrero de 1895 a las doce de la mañana, bajo un temporal como no se recordaba hasta entonces.


Jardines

Cuando se derriban las murallas de la ciudad, con sus escombros y desmontes se procede a realizar el relleno que hoy se conoce como los Jardines del Relleno o de Méndez Núñez. Alcanza el mismo una amplia extensión de la ciudad, teniendo en cuenta que el mar, hasta bien entrado el siglo XIX, invadía el paseo de la Marina hasta los Cantones, e incluso donde está hoy cerrada la que fuera en otro tiempo la industria más importante de La Coruña, su Fábrica de Tabacos.


El jardín de su frente también era mar y todo ese terreno fue ganado a la naturaleza marina; por lo tanto, los Jardines del Relleno nacen en 1860, que es cuando el arquitecto José María de Noya se plantea el relleno del arenal de los Cantones con los escombros del derribo de las murallas que tenía la ciudad y sus desmontes, para nivelar el terreno.

El arquitecto fue Celedonio Uribe, quien se plantea hacer un paseo con palmeras, flanqueando de este modo una franja de 30 metros de ancho, todo frente del puerto, y en esa franja se edificarán tres quioscos. Más tarde ese paseo se alarga hasta llegar a la Rosaleda, en su límite con la plaza de Orense, ganada también al mar.


En el centro de este jardín se encuentra el estanque de los peces, que servían de desayuno a las gaviotas. En este punto se levanta el monumento en memoria de la mujer más destacable del siglo XIX nacida en la ciudad departamental de Ferrol, Concepción Arenal.


El estanque levantado sobre el año 1915-1916, sobresaliendo como elemento principal un águila, mientras que en el lado izquierdo, donde se encuentra el hotel Atlántico, destaca el monumento a Curros Enríquez. En medio de la plaza está situado el Palco de la Música, el que se fabricó en ese lugar y apenas se usa.


Copacabana y monumentos

Uno de los edificios más singulares del jardín era una amplia terraza de recreo usada como local de hostelería, denominado Copacabana, que venía a ser un lugar de encuentro de los ciudadanos en todas las épocas del año, en especial en las fiestas del verano.


Dentro de aquel amplio espacio de los jardines de Méndez Núñez, además de los monumentos señalados, se hallan los de Daniel Carballo, el dedicado al libro, el busto del alcalde Suárez Ferrín, el de la insigne políglota Emilia Pardo Bazán y otros como Fernández Latorre, Manuel Murguía, Castelao, Pondal, el doctor Hervada y Aureliano Linares Rivas, por ejemplo.


Era un lugar donde se colocaban, en su momento, las barracas y tómbolas de las fiestas veraniegas coruñesas, entre las que estaba y no podía faltar la Tómbola de Caridad. Las actracciones atraían a numeroso público y forasteros al centro de la ciudad todos los años, y posteriormente se hacía en ese mismo lugar de esparcimiento el encuentro de las Casas Regionales, hasta que el Ayuntamiento dejó de hacerlo. Hoy en día se celebran varias ferias en su entorno, de pintura, artesanía, libros y cómic, entre otras, lo que atrae a una gran cantidad de gente en momentos puntuales de su instalación.


El resto del año es un paseo agradable para el visitante y los coruñeses en particular, que disfrutan de una gran extensión de jardines y arbolado desde la Marina hasta la plaza de Orense.

Breve historia de dos símbolos coruñeses: el Obelisco y los jardines del relleno

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