Cualquiera que estos días pase por Vioño se dará cuenta del gran contraste que hay entre los bancos recién pintados y los que no. A la vista está que los coloreados, además de notarse su 'manita de pintura', tienen unas cintas para que las personas no se sienten (y no se manchen) mientras se secan.

Sin embargo, algunos de los habituales del parque se sientan, haciendo caso omiso a las recomendaciones. Las señales son claras y con estos días de calor, aunque se seque más rápido, no respetarlas implica quejas por manchas en la ropa, pese a que esto sea 'por saltarse las normas'.

Obviando esto, en un parque tan concurrido con pistas de voleibol improvisadas, fuentes que se convierten en reclamo para los más pequeños y perros en los días de calor y sombras entre los árboles, los usuarios también agradecen esos cuidados.