El agua dicen que es alegría, pero los vecinos de Vioño no piensan lo mismo. Son conscientes de que hace falta regar los campos del parque, pero las horas, igual, no son las más adecuadas.
Los días son más largos, pero los aspersores desconciertan cada tarde a todos los que allí se encuentran. Los perros se ven sorprendidos por las fuentes que emanan del césped mientras corren y juegan con sus pelotas; pero, es que de repente, llega el turno de la zona infantil, donde se encuentran pequeños (y no tan pequeños) entre columpios y toboganes.
"Deberían activarlos más tarde", dicen algunos vecinos. No es el primero que se moja (o casi) en el parque. Mientras dan un relajado paseo con sus perros, muchos dueños se ven sorprendidos cada tarde por los aspersores 'traicioneros'.
Además, algunos riegan lo que no tienen que regar. Algunos bancos 'se duchan' todos los días, al igual que las aceras. Nunca la frase 'estar como una regadera' estuvo tan acertada.