El Ayuntamiento de A Coruña no plantará más palmeras por la plaga del picudo rojo

El Ayuntamiento de A Coruña no plantará más palmeras por la plaga del picudo rojo
Los operarios plantaron ayer en La Marina, frente a Correos, la palmera de O Ventorrillo que sustituirá a la que tuvo que ser talada en noviembre del año pasado | quintana

La Marina cuenta desde ayer con una nueva palmera para sustituir a la que fue talada en noviembre del año pasado al descubrir que había sido infectada con el parásito picudo rojo, un escarabajo de origen asiáticos letal con las palmeras. El nuevo ejemplar, de diez metros de alto, se encontraba en al calle de Monasterio de Caaveiro, pero algunos vecinos se habían quejado de que su excesivo tamaño les tapaba la luz, así que la Concejalía de Medio Ambiente ha aprovechado para matar dos pájaros de un tiro. Sin embargo, el Ayuntamiento no contempla plantar más palmeras en el municipio, dado que la amenaza del picudo rojo aconseja optar por otras especies que no estén tan expuestos al peligro. 
 

Los esfuerzos de la Concejalía de Medio Ambiente se centran ahora en proteger las palmeras ya existentes en el patrimonio municipal, sobre todo las de los jardines de Méndez Núñez, que llevan años bajo la lupa de los técnicos, que las vacunan inyectándoles repelentes para evitar que los escarabajos asiáticos aniden en ellas. “También montamos trampas en el perímetro, estamos haciendo todo lo que podemos”; apuntan desde la concejalía.
 

Este palmeral es de los pocos que subsisten, puesto que el picudo rojo ha devorado casi todos los de la costa gallega y, en realidad, de España. Desde la Concejalía de Medio Ambiente aseguran que la vigilancia es constante, pero todos los expertos consultados se muestran pesimistas: la opinión más extendida es que las 70 palmeras están condenadas. Eso es lo que opinaba en noviembre la asociación Adega y el Grupo Naturalista Hábitat también se confiesa pesimista respecto a las posibilidades de supervivencia de este tesoro coruñés. 
 

El jardín de San Carlos

En una situación semejante se encuentra la olmeda del jardín de San Carlos, bajo el asedio de un parásito foráneo, que le inocula el hongo de la grafiosis, que ha arrasado la mayor parte de los olmos de Europa. Un brote de esta enfermedad atacó al jardín y Medio Ambiente lo atajó ordenando la tala de tres valiosos ejemplares. Como señaló el catedrático de la Politécnica de Madrid y experto forestal, Luis Gil Sánchez, resulta milagroso que los olmos del jardín de San Carlos hayan resistido. Hasta ahora. 
 

De momento, el resto del olmedo está sano, pero dado que se trata de un jardín histórico, si sucediera lo peor, en este caso sí se plantarían nuevos ejemplares de olmos, puesto que existen variedades resistentes porque han sido modificados genéticamente contra la grafiosis.

El Ayuntamiento de A Coruña no plantará más palmeras por la plaga del picudo rojo

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