Los trabajadores de Servigal, el servicio de recogida de animales del Ayuntamiento, retiraron ayer más de 20 gatos que vivían en un piso de la calle Ángel Senra en Os Mallos. Los operarios determinaron que los gatos, que habitaban un espacio lleno de basura, vivían en condiciones de insalubridad, por lo que procedieron a su traslado a las instalaciones municipales. Ahora serán evaluados para determinar en qué estado se encuentran y si están vacunados, y después se les buscará un nuevo hogar por la vía de la adopción.
El Ayuntamiento, asimismo, asegura que ya se han retirado todos los gatos que había en el inmueble. Todos ellos estarán ahora en el centro de Servigal, donde según fuentes municipales hay entre 80 y 90 gatos en total en la actualidad.
Pacma reaccionó a la noticia denunciando que casos como el del piso de Ángel Senra demuestran que es necesario revisar los protocolos de emergencia. Así lo explica su coordinadora provincial, Manuela García, quien recuerda que hace apenas unas semanas dos gatos murieron encerrados en una nave del polígono de Agrela. Asimismo, en abril varias palomas fallecieron atrapadas en una red en la fachada de un edificio en obras en la calle Costa Rica. Ninguna administración se hizo cargo, denuncia.
“Lo más urgente para los protocolos, además de en casos como este, donde no pueden esperar tanto tiempo para entrar, es en casos de vida o muerte como el de los gatos de Agrela”, explica. “Es importante que en esos casos actúen inmediatamente, según la ley no necesitan ninguna orden judicial”, insiste.
Los agentes de la Policía Nacional que participaron en el operativo del lunes explicaron que los vecinos del edificio llevaban tiempo quejándose del olor que procedía de aquel lugar. Hoy, de hecho, los operarios de limpieza del Ayuntamiento todavía se afanaban en adecentar el piso, del que retiraron, como hicieron durante la jornada del lunes, diversos muebles.
Los vecinos aseguran que no es la primera vez que ocurre algo similar. Se cree que la mujer que habita la vivienda tiene algún tipo de trastorno que le induce a acumular basura, además de gatos. Tendría, por tanto, los síndromes de Diógenes y de Noé. Como la situación había llegado a ser una cuestión de salubridad pública, el Ayuntamiento tuvo que actuar. No obstante, los vecinos no están del todo satisfechos con el resultado, porque reiteran que no es la primera vez que intervienen las autoridades, y valoran que es posible que vuelva a repetirse el incidente en el piso.