En 2023, llegaban al puerto de A Coruña para el festival Noroeste como una de las grandes promesas de la música española, tras publicar ‘Cowboys de la A3’, su segundo disco. Dos años después, Arde Bogotá regresa al puerto mañana (22.00 horas), pero esta vez en solitario y ante más de 16.000 personas, en el marco de Coruña Sounds. El batería de la banda, José Ángel Mercader, ‘Jota’, hace balance de estos años de rock y éxitos.
¿Qué puede esperar el público de A Coruña?
Una producción mastodóntica que hicimos para despedir el disco. Gira alrededor del concepto de un ‘road trip’, casi trasladado a la ‘Ruta 66’ americana y cuyo punto vertebrador es un eclipse, alrededor del cual ocurre el concierto. No van solo a escuchar canciones y ver a una banda en directo, van a llevarse una serie de experiencias que creo que empaca muy bien esa fiesta que queremos montar.
Sabiendo que han agotado entradas con semanas de antelación y que les aguardan 16.000 personas, ¿qué esperan de A Coruña?
Vaya (ríe). Queremos mucho a A Coruña. La última vez fue hace dos años, nos sorprendió muchísimo, no solo la ciudad, que coincidió con las Fiestas de María Pita, sino la respuesta del público. En la banda hay ganas de volver porque el público gallego da muchísimo amor. Vamos muy motivados, no siempre podemos subir a Galicia a tocar y cada vez que lo hacemos es un regalo.
Cierran el ciclo de ‘Cowboys de la A3’. Volviendo al origen, ¿se esperaban estos dos años que han vivido?
Ni de coña (ríe). Mucha gente dice que el segundo disco es consagrador, mira, le pasó a Oasis, salvando la distancia (sonríe). La respuesta ha sido muy buena, llegó a muchísima gente y parte de ello ha sido el directo. La voz se ha ido corriendo y pasas de una Riviera en Madrid a tres Rivieras, a un Wizink o a meter 16.000 personas en el muelle de Batería. Todo lo que ha pasado ha sido un regalo que nos ha motivado para establecer una conciencia de trabajo y una responsabilidad que nos hace disfrutar más.
Viendo el éxito del disco, de los directos, si miran a 2026 o a 2027, ¿qué ven?
La gasolina con la que funciona esta banda es soñar grande. Venimos de una ciudad portuaria como Cartagena, nos gusta mucho el concepto de venir de un sitio local e intentar hacer cosas muy grandes y conseguirlas, en la medida de lo posible. Después de todas las movidas que nos han pasado, lo único que nos queda es poder seguir soñando grande y, sobre todo, hacer un tercer disco que esté a la altura de todo lo que ha pasado y que tenga una evolución lógica. Estamos haciendo canciones, queremos arriesgar los próximos dos años, en cuanto al tipo de canciones que hacemos y a las ideas que se nos ocurren para conciertos. Así que seguir soñando mucho, de momento.
Cuando vinieron al Noroeste, nos comentaba que eran un grupo de amigos que hacían lo que les gustaba, música. ¿Ha habido algún momento de decir “vaya, esto se ha puesto serio”?
Ha habido varios. La nominación a los Latin Grammy, el Ondas, llenar un Wizink en un día... nadie lo esperaba. De repente, tienes que cambiar el chip y decir: “Esto es un proyecto que, ahora mismo, es más grande que nosotros”. Es como un monstruo que no para de pedir más y más. Ahí nos ponemos serios, ampliamos el equipo y hay que idear a lo grande para estar a la altura. De ahí sale sacar esta gira por España, intentar ir a Latinoamérica o intentar una producción como la que vamos a hacer en A Coruña.
Hace poco colaboraron con Bunbury. Algo simbólico si se tiene en cuenta que hay quien los compara con Héroes del Silencio.
(Ríe). Bueno, al menos para mí, fue irónico, porque es verdad que lees comparaciones, pero que te comparen con una banda tan importante como Héroes nos hace sentir que estamos haciendo las cosas bien. Haber puesto esa guinda al pastel, como que cierra el círculo. No confirma nada, pero qué bonito que haya sucedido, que se hayan juntado dos generaciones distintas de rock.