Aunque quizá todavía sea temprano para hablar de las consecuencias a medio y largo plazo del histórico apagón del lunes, lo que parece claro es que muchos ciudadanos han aprendido la lección y se han lanzado a las tiendas a hacerse con objetos como powerbanks (baterías externas), radios con dinamos o placas solares para que otra hipotética crisis del estilo no les pille desprevenidos. O, al menos, no tanto. Así lo atestigua Roberto Orosa, dueño de la tienda Orosa Aventura, un exmilitar y experto en supervivencia que ofrece soluciones y consejos a los clientes que acuden estos días posteriores al colapso energético a su establecimiento.

Según explica, “muchos pensaban que esto era de frikis, pero se han dado cuenta de que no es así”

“El lunes fue una salvajadísima de día, no paramos”, explica Orosa. Durante toda la mañana y el mediodía vendieron objetos como linternas, powerbanks, radios con dinamos, cartuchos de gas, hornillos o placas solares. “Agotamos todas las existencias”, asegura. También hubo muchas personas que compraron bolsas isostérmicas para tratar de mantener caliente la comida, mientras que otras, directamente, ante la imposibilidad de cocinar ese día en muchos hogares, se llevaron kits con comida preparada como las que usan los senderistas o montañeros para alimentarse durante esa jornada.

No obstante, y pese a que ese día fue el de mayor caos, ha notado una mayor afluencia de lo habitual a lo largo de la semana. Asimismo, Orosa cree que se ha ampliado el rango de clientes de la tienda: “Vienen más personas que no son senderistas o montañeros a comprar radios con dinamos o linternas”.

Un aviso a tener en cuenta

Según expresa, cree que es porque “la gente le ha visto las orejas al lobo” a raíz del apagón: “Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, así que ahora mucha gente está comprando estos artículos, no vaya a ser que pase otra vez”. El experto opina que una gran parte de la población pensaba que “esto de la supervivencia era algo más friki”: “Ahora la gente se ha dado cuenta de que no es así”.

De hecho, asegura, los clientes han acudido esta semana preguntando ya no solo por productos u objetos en específico, sino haciendo preguntas o pidiendo consejos para saber qué más cosas podrían tener en sus casas o fincas o qué otro tipo de sistemas podrían utilizar para protegerse.  Hasta el punto, insiste, de que la tienda está recibiendo más llamadas también que nunca, y no solo de vecinos o particulares, sino incluso de asociaciones que buscan mejorar sus defensas ante eventuales dificultades como las que provocó el apagón.

El experto vivió una jornada laboral muy intensa:  “El lunes fue una salvajadísima de día. No paramos”

A un coste, expone, relativamente barato, tanto en lo económico como en lo logístico. “No son productos caros en su mayoría, y se trata de objetos que tienen más uso del que pensamos en un principio”.  Además, “son cosas que se pueden guardar en el trastero o en un armario y que con revisarlos un par de veces al año para comprobar que funcionan ya basta”.

Así, destaca por encima de todo la ayuda que pueden proporcionar por ejemplo las placas solares: “Mientras que otras personas pudieron estar agobiadas o aburridas el lunes, yo estuve viendo películas toda la tarde cuando salí de aquí”, explica. “Hay determinadas cosas que más vale tenerlas y no necesitarlas que necesitarlas y no tenerlas”, insiste el experto.

Los kits de emergencia

Orosa lleva un mes de alta intensidad en su trabajo. A comienzos de marzo la noticia de que la Unión Europea, en pleno debate por el gasto en defensa de los Estados miembro, recomendaba que cada hogar cuente con su propio kit de emergencia, colocó a los expertos como este exmilitar en el punto de mira. En el caso de su tienda, las existencias de algunos de los kits se agotaron mucho antes del apagón.

Estos equipos albergan objetos relacionados con los cuatro pilares de la supervivencia básica: fuego, agua, refugio y alimentación. No obstante, lo que busca la directriz de la UE es que cada vivienda posea los víveres y enseres necesarios para sobrevivir tres días, el tiempo que se estima que tardarían las autoridades en dar una respuesta, en caso de catástrofes. Entre ellas los apagones, para los que recomienda aprovisionarse de baterías, dinero en efectivo, linternas y una radio con dinamo. Todo el kit puede comprarse por 100 euros.