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lunes | 29 abril | 2024
Un 22 de noviembre, pero de 1998, se inauguraba la Escuela Municipal de Música. El día era el propicio, el de Santa Cecilia, la patrona de los músicos. Ahora, un cuarto de siglo después, la Escuela comienza las celebraciones de esta efeméride.
No será algo de un día, ya que los conciertos y actividades se irán sucediendo durante todo el curso, hasta culminar el 19 de abril, cuando se celebre en el teatro Colón la gala de aniversario. Hoy tendrán lugar tres actos festivos: por un lado, la escuela estrenará una lona conmemorativa que se podrá ver hasta final de curso; por la tarde, las autoridades visitarán el centro, donde habrá una pequeña actuación de gaitas del grupo de tradicional de la escuela; por último, a las 20.30 horas, habrá un concierto en la iglesia de San Nicolás, con los coros de la escuela, acompañados instrumentalmente por profesorado del centro.
“La escuela se inauguró el 22 de noviembre de 1998, con el alcalde Francisco Vázquez, apostando por una formación musical para toda la ciudadanía”, explica la directora de la escuela desde hace cinco cursos, Elena Umbría. El centro es municipal, pero lo gestiona el Consorcio para la Promoción de la Música.
Umbría tiene claro que la escuela se fundamenta en “dos pilares”. Por un lado, “el aprendizaje lúdico y la toma de contacto con la música sin estar atada a la enseñanza reglada”. Por el otro, ser “un centro de convivencia en el que prima el respeto y la tolerancia”, sumando “una adaptación curricular personalizada para todo tipo de alumnado”.
Destaca la directora que en estos 25 años pasaron por la escuela unos 10.100 alumnos. Actualmente cuentan más de 640 matrículas. Son cinco las áreas que se trabajan a grandes rasgos: música y movimiento para los más pequeños, jazz, música moderna, clásica y tradicional.
Subraya también que la franja de edades de los alumnos van desde los 4 años, sin límite por arriba. “Tenemos alumnos de hasta 80 años”, asegura, mientras explica que hay mucho alumnado de edad avanzada: “Muchos se lo toman como centro de reunión, igual que otros hacen deporte, es una manera de distracción, con formación necesaria que a lo mejor no tuvieron en su día”.
Umbría, natural de Santander, llegó a A Coruña también en el 98. “Ingresé en la escuela el mismo día que se inauguró”, por lo que ha vivido la evolución de la misma, de la que destaca que ahora “salimos más a la calle”.
Ejerce como profesora desde que entró, fue seis años jefa de estudios y ahora la dirige desde hace cinco cursos.
