De cotillas está el mundo lleno. Algunos sin más interés que tener información sobre cualquiera con el que se hayan cruzado alguna vez y otros, con ganas de hacer el mal. A todos WhatsApp se lo pone un poco más difícil, al no permitir que alguien a quien no tengamos en nuestra lista de contactos pero que sí nos tenga en la suya vea si estamos en línea en la aplicación o la hora de nuestra última conexión. Que para muchos no significa prácticamente nada, pero para los que pretenden mantener un mínimo de control sobre su privacidad –un mínimo es a lo que pueden esperar si están en redes– es un paso.