Un Copacabana aún sin reformar se vuelve el hogar de un sintecho

Un Copacabana aún sin reformar se vuelve el hogar de un sintecho
La emblemática cafetería Copacabana lleva esperando su reforma desde principios de año | javier alborés

El sinhogarismo es un problema endémico. Siempre ha habido gente viviendo en las calles de A Coruña excepto durante algunos meses en los que el Ayuntamiento decidió reunir a todos los sintecho de la ciudad en un hotel de A Grela, de donde salieron hace un par de meses. Desde que acabó el verano, la demanda de ayuda por parte de individuos en riesgo de exclusión social ha vuelto a crecer y ya es posible verlos durmiendo en la calle o en cualquier lugar abandonado que les ofrezca refugio, como la antigua cafetería de Copacabana.


No es extraño que las instalaciones municipales, sobre todo las que dependen de concesiones que ya han caducado, se conviertan en refugio de indigentes. En la lista se incluyen algunos como el Millennium, en cuyos bajos periódicamente se han instalado individuos sin hogar, a pesar del riesgo que suponen las ruinas muy batidas por el mar en invierno. El Ayuntamiento se ha visto obligado a expulsarles y han clausurado las entradas con verjas metálicas, pero el mar las ha derribado también, y los indigentes han aprovechado para hacer boquetes. En una ocasión, en enero de 2017, se descubrió un cadáver descabezado en la zona procedente de un sintecho.


En algún caso, se han llegado a producir incendios en las instalaciones, pero rara vez son graves. Otro edificio que fue allanado por los sintecho fue el de la antigua cafetería de “El Remanso”. La concesión lleva años sin ser abonada, así que se dio orden al hostelero que regentaba el local de abandonarlo. Al cabo de unos meses, el edificio, deteriorado, con los cristales rotos por las tormentas, comenzó a ser usado para pernoctar. Sin embargo, el Ayuntamiento decidió renovarlo y convertirlo en una sala de usos múltiples destinada a actividades juveniles. A día de hoy, las obras están a punto de terminarse y se abrirá en cuanto se le dote del equipamiento necesario.


Ese es el destino de El Copacabana, en Méndez Núñez, que a día de hoy es usado por un inmigrante subsahariano, pero que en unos meses comenzará las obras de rehabilitación después de que la concesión municipal caducara en 2015.


Con retraso

Las obras comenzarán con retraso. El proyecto había sido aprobado en una Junta de Gobierno local a principios de febrero de este año por 386.216 euros. Entonces se estimaba que el proyecto permanecería a exposición pública durante un mes. Después, las empresas interesadas tendrían otros 30 días para presentar ofertas. A partir de ahí, el nuevo adjudicatario tendría que haberla ejecutado en un plazo de cuatro meses pero, a día de hoy, los trabajos no han comenzado, lo que ha permitido al sintecho, un agradable joven subsahariano, la posibilidad de usarlo como refugio, aunque sea temporal.


Es previsible que situaciones como esta se vuelvan recurrentes ahora que, como advierten desde la Cocina Económica, la demanda de ayuda ha vuelto a aumentar: “Se detuvo durante el verano, pero ahora el goteo es constante. Es un repunte importante”.

Un Copacabana aún sin reformar se vuelve el hogar de un sintecho

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