Resulta difícil imaginar la presión a la que están sometidos los deportistas de élite. Si en buena medida todos tenemos miedo al fracaso, estas personas, que se “examinan” con cierta periodicidad ante millones de seguidores, lo tienen que pasar un poco peor. Por eso, es comprensible la situación por la que atraviesa Simone Biles, la gran gimnasta norteamericana, que se retiró de la competición por equipos en Tokio. Ella asegura que tiene demonios en la cabeza y sufrió, momentos antes de iniciar la competición, un ataque de ansiedad. Es el fruto de la presión que sufren estos deportistas. FOTO: Simone Biles | efe