Hablar on-line

Entre las numerosas cuestiones que hemos ido incorporando en este largo año de restricciones, motivadas por la COVID-19, hay una de ellas que llegó por auténtica necesidad y que se ha quedado entre nosotros para ser utilizada en beneficio de las reuniones de trabajo. Se trata de las sesiones on-line a través de las que se han tomado decisiones importantes para el funcionamiento del país a nivel central, autonómico y provincial, y para las empresas cuando era necesario que más de una persona tomasen acuerdos para potenciar algún tema que estaba pendiente de ver su línea de continuidad.

Tengo que reconocer que yo al principio me sentía un tanto reacio a incorporarme a este tipo de reuniones puesto que siempre fui un defensor de las presenciales que me parecían tenía mayor poder de decisión y de intercambio de ideas. Considero que estaba totalmente equivocado ya que se adelanta mucho trabajo cuando las personas pueden hablar sin limitaciones horarias por depender de trenes o embarques en aviones cuando los que intercambian opiniones viven en ciudades distintas.

Esta semana mantuve varias reuniones de este tipo. En un solo día dediqué más de cinco horas al trabajo visual a través del ordenador. Cuatro de ellas en la institución, Cáritas, en la que presto mi apoyo voluntario como periodista de muchas horas de brega diarias en el trabajo de juntar letras y explicárselo a los lectores y los oyentes. En esas horas expertos de la entidad, en número superior al medio centenar, y con ubicación en prácticamente todas las provincias españolas, debatimos sobre un trabajo de campo que se está elaborando para determinar por qué líneas tiene que caminar la Cáritas del siglo XXI.

La hora restante de mi amplia jornada de trabajo ante el ordenador estuvo relacionada con mis compañeros de la Asociación de Periodistas de Galicia (APG), que en la actualidad preside María Méndez, que mantuvimos un cambio de impresiones con el conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña. Me resultó altamente gratificante conocer que este político, sin ser médico pero sanitario que trabaja en el campo de la radiofísica, conoce perfectamente y sabe tomarle el pulso de manera muy práctica a todo lo que concierne a la Sanidad gallega y mucho más en estos tiempos en los que los vaivenes políticos, emanados desde el Gobierno central, nos imponen acciones de obligado cumplimiento que luego transforman en recomendaciones de uso.

Todo lo relacionado con los servicios on-line está entre nosotros motivado por causas de fuerza mayor, pero se va a quedar para siempre como una herramienta fundamental para desarrollar nuestro trabajo.

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