La Biblia ya señalaba que existe esa casta que se empeña en ver la paja en el ojo ajeno cuando no quiere ver la viga en el propio. Claro que Iglesias y los suyos seguro que no son muy de ese libro. Por eso se entiende perfectamente que les estén molestando tanto actitudes que ellos no solo jalearon y apoyaron antaño, sino que incluso participaban de ellas. Que sean podemitas los que acusen a otros de generar de bulos y que, además, pretendan crear un ministerio de la verdad (será de la suya, por supuesto) tiene cierta coña. La misma que produce el ver cómo se indignan contra concentraciones ciudadanas sin autorización. Y que Iglesias, justo el mismo día, alabe el movimiento 15-M en su aniversario, pues eso, más guasa. Está claro que aquí cada uno ve las cosas con el cristal que le toca y, ahora mismo, Iglesias y los suyos están en modo miembros del Gobierno. Parece que el cielo puede esperar, lo mismo que la libertad de los ciudadanos. FOTO: La protesta de Madrid que tanto indigna | Jesús Hellín / Europa Press