Los pleitos en los que se vio envuelta Mayor Fernández Pita

Los pleitos en los que se vio envuelta Mayor Fernández Pita
Representación de la defensa de la ciudad contra los ingleses en 1589

Poco a poco iremos desgranando los pleitos mantenidos por esta polémica mujer de su tiempo y que hoy todavía sigue dando que hablar.


1595-1597: Legajo 14.991/8. Fuerza de bienes

Andrés López de Taibo, de San Pedro de Nós, Coto de Cambre, vendimia una viña, que era propiedad de Mayor Fernández Pita, el origen, radica en dos autos judiciales. Uno, cuando esta mujer se hace con la viña, merced a un préstamo de 26 ducados que realiza sobre dicha viña a dicho labrador, según la versión de Andrés López. Una vez devuelto el importe, Mayor Fernández, le devolvería su viña, pero esta se niega a retrotraer el pacto y se queda con la propiedad.


Es cuando acusa a Andrés López de haber vendido una pipa de vino que era de su propiedad, ordenando la justicia que se prenda a Andrés López y en 1597 el Tribunal le condena a devolver a Mayor Fernández, los frutos obtenidos de aquella vendimia y reconocer la plena propiedad a nombre de la litigante.


1597: Legajo 783/71. Daños en una viña

Este es un pleito curioso, en el que comienza Mayor Fernández Pita a incluir el uso de su apellido “de Cámara”. Villanueva, vecino de San Pedro de Nós, se querella contra Mayor Fernández Pita por haber entrado unos bueyes en una propiedad suya, lo que había provocado algunos daños en sus viñas, las cuales valoraba en diez ducados, siendo condenado Villanueva al pago de aquellos desperfectos en un montante de tres ducados.


1600: Legajo 4.511/31. Donación engañosa de bienes

Gil de Figueroa reclama en nombre de su esposa en la feligresía de Santiago de Ordoño, en Bergantiños, un lugar compuesto de diversas casas y otros bienes sujetos a una donación, cuyo importe cifraba en 300 ducados, la cual según la demanda sobre aquella donación había realizado Francisco López Bermúdez, resultando ser engañosa, ya que él no era el propietario de tales bienes y por tanto el querellante reclamaba una compensación económica para resarcirse de aquel engaño, en este pleito no hay más información. La posterior la aporta su viuda Mayor Fernández Pita, cuando en 1614 intenta dar un nuevo impulso a dicho pleito, pero no se llegaría a concluir y menos a dictar sentencia.


1601: Legajo 11.390/53. Pago alquileres

Este pleito está dividido en dos partes, una responde al alquiler y la otra a la finalización del contrato.

Gil de Figueroa arrienda un cuarto de la calle de la Carnicería al pintor Blas de Caamaño en 1601, al habitar el matrimonio en la calle Herrerías o Cortaduría, el cual acaba convirtiéndose en un pleito complicado al reclamar Gil de Figueroa, como marido de Mayor Fernández, el pago del alquiler que le adeudaba.

Alegó Blas que los ocho ducados reclamados correspondían a la totalidad de la casa, pero que él solo había tomado un cuarto y por tanto no le correspondía pagar aquella cantidad. Blas de Caamaño solicita del corregidor de la ciudad una tasación del cuarto que ocupaba, siendo valorado en cuatro ducados anuales, con lo cual se muestra de acuerdo y la Real Audiencia procede al embargo de bienes para satisfacer la deuda de Gil de Figueroa hasta la cantidad adeudada.


1602: Legajo 29.223/2. Desalojo

Poco tiempo después, se vuelve a plantear otra querella contra el mismo pintor ante la negativa a abandonar el cuarto que ocupaba, al fenecer el plazo de un año que habían estipulado para ello, solicitando Gil de Figueroa una ejecutoria para que Blas de Caamaño dejase libre el cuarto que ocupaba con sus cosas y enseres, al tiempo que reclamaba el pago de lo que le debía por arriendo, librando la Real Audiencia un auto a favor de Gil de Figueroa, sin que sobre el asunto haya algo más.


1610: Legajo 15.390/40. Ejecución deuda

Deuda motivada por la venta de unas pipas de vino a Juan Núñez, de esta ciudad, el cual afirmaba en sus alegaciones que ni era vino bueno ni se podía vender, ya que estaba rebotado.


Antonio Pardo Osorio, teniente corregidor de la Real Audiencia, a Juan Núñez, de esta ciudad: “Que el pleito ejecutivo contra vos. Sobre los maravedíes que os pide, de que se dio sentencia por cuantía de 346 reales y 36 maravedíes y costas para la Real Audiencia, se dio el auto: Se suspende el mandamiento de pago hasta que Gil de Figueroa declare como le está mandado, de comprobar la medida de las pipas en que Juan Núñez recibió el vino contenido y obligaciones”.


Las alegaciones que hace Juan Núñez: “Que Gil le proveyó de una pipa de vino compacta y tasándola por personas nombradas en la dicha obligación y en pago del vino, los hombres nombrados se han de hallar y liquidar y el Gil no quiso estar por ella (en nombre de Mayor Fernández Pita, propietaria de la pipa del vino) y no puede ejecutar mi parte, porque el vino que se vendió no era sano, ni bueno y rebotado, se perdió y no se pudo vender ni aprovechar”. El recurso lo presentó Pedro Vázquez Torreiro, en nombre de Juan Núñez como perjudicado.


Se dicta un auto de embargo contra Juan Núñez por impago de la deuda, que también recurre, alegando que las medidas aportadas por Gil de Figueroa, faltaba mucho vino, cosa que Gil, insiste en su versión, reclamando más de mil reales, cuya deuda había vencido en mayo


Requerido Juan Núñez que realizase el pago, este recurre el auto a través de Francisco Salinas, de la deuda que le debía a Gil de Figueroa. No hay constancia de cómo acabó este pleito tan complicado.

Los pleitos en los que se vio envuelta Mayor Fernández Pita

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