Un anuncio que no provoca aplausos

Un anuncio que no provoca aplausos
Montero y Calviño anuncian el plan de ayudas | efe

El gran plan de ayudas a las empresas que aprobó el viernes el Gobierno ha dejado bastante fríos a los supuestos beneficiarios. Y no es que sean unos desagradecidos, es que creen que llega tarde, que es escaso y que la burocracia parece pensada para echar atrás a los solicitantes. Solo los que aguanten el papeleo indescifrable, el vuelva usted mañana y la espera mientras se estudia cada caso habrán demostrado que merecen el dinero. Menos es nada, eso es innegable, pero tardar un año para sacar ayudas directas, después de que hayan cerrado unas 200.000 empresas, que no entren en vigor hasta dentro de mes y medio y que a eso haya que sumarle los trámites de cada comunidad autónoma no es como para tirar cohetes. Y de la cuantía, mejor ni hablamos. Siete mil millones en total cuando solo la hostelería pide 12.500. Vamos, que no va a ganar el premio al plan del año. 

Un anuncio que no provoca aplausos

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