Sí, queridos lectores, es muy posible que para el visionario Rajoy haya luz al final del túnel. Un túnel que se nos antoja tan largo, tan largo, que vamos a llegar a su final cadavéricos, macilentos, hambrientos y medio muertos.
La Sanidad de la Mato ya está haciendo lo posible para que así sea. A los hechos me remito: solo cuatro de cada 100 familias españolas han aumentado sus ingresos en 2013. Casi la mitad de los votantes del PP –¡el colmo! es el partido en el Gobierno– cree que las políticas del Ejecutivo no funcionan. Dos de cada tres consideran que la situación empeoró a lo largo de 2013. Apenas un 13,1% aprecia la mejoría que el Ejecutivo insiste en insinuar. El 75% piensa que las decisiones económicas de Rajoy no dan resultado. El 70% opina que los ajustes (¡y se cagan en Montoro!) no podrán acortar la salida de la crisis. Una cosa es salir de la recesión, y otra, muy distinta, es salir de la crisis, hablar de recuperación requiere pasar a otro nivel.
Pero vámonos a Galicia, hombre, que nos cae más cerca y aquí tenemos a Feijóo, de profesión, sus viajes a Cuba la bella. Bueno, pues aquí, entre nosotros, crece el riesgo de pobreza. Así el 60% de las familias no llega a fin de mes y disminuye el nacimiento de gallegos. Ahora, para el que trabaja, (no para el banquero que chupa, ojo) ingresar mil euros es una especie de utopía.
Por otra parte, el padrón de los gallegos ha perdido en el último año otras 15.558 personas. Y, claro está, Pemex retrasa por quinta vez la adjudicación de los floteles que quiere Galicia. La decepción es tremenda en las poblaciones afectadas, al aplazar el acuerdo (¿?) hasta la segunda quincena de enero.
¿Sabéis quién es el más listo de Galicia? Un tal Feijóo que días antes de este “tortazo” se fue a visitar Cubita la bella. Ya lo decía Machín: “A Baracoa me voy, aunque no haya carretera…”.