Empezamos a ver un patrón

La campaña de amenazas y descrédito al juez que investiga el caso Dina es sospechosamente parecida a la que sufrió el exabogado de Podemos que denunció las irregularidades en el seno del partido. Tanto, que da la sensación de que hubiese un patrón de actuación, una especie de estrategia propia de matones y difamadores –que por momentos se intercambian los papeles– para cubrir todos los frentes: si no le asustan con mensajes intimidantes intentan que su voz deje de tener credibilidad. Todo esto, mientras el líder de la formación –al que tenemos que presuponer ajeno a estas prácticas mafiosas, por supuesto– anuncia, con no poca soberbia, a que a él no le van a imputar. Como a la casta contra la que tanto predicaba. Aunque la protección judicial sea la misma, las formas de esa antigua casta y la que representa Podemos son bien diferentes. A la vista está.

Empezamos a ver un patrón

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