SUBASTA

Novagalicia ha perfilado un innovador plan para intentar evitar su subasta. Controlada en un 9% por el FROB (en diciembre pasado empresarios gallegos compraron el 2,59%), la entidad gallega propone al Banco de España que le permita la entrada de inversores privados, fundamentalmente fondos de inversión del Reino Unido y Estados Unidos, a través de la subasta del 40% de su capital.

El FROB mantendrá el 50% con una fecha límite de 2014. El objetivo es captar entre 500 y 1.000 millones de euros. Esa es la pieza angular de su proyecto para poder cumplir con los saneamientos adicionales que debe hacer de 2.340 millones (1.600 millones en provisiones y otros 740 de capital), pero no es la única vía que contempla el Banco. También incluye la generación de resultados, la reducción de su exposición al riesgo inmobiliario mediante la venta de inmuebles adjudicados y de promociones financiadas y la venta de activos no estratégicos. Su presidente, José María Castellano, defiende que el sistema ideado es más barato para las arcas públicas que la subasta de la entidad, aunque para seguir adelante tendrá que contar con el visto bueno del Banco de España de un esquema de protección de activos (EPA) sobre posibles pérdidas futuras, condición impuesta por los fondos interesados. Para un futuro de dos o tres años, su estrategia pasa por sacar a Novagalicia a Bolsa.

Así pues, la suerte está echada. Las entidades financieras españolas ya han presentado al Banco de España sus planes para hacer frente a los saneamientos extraordinarios para limpiar sus balances del ladrillo y la pelota está ahora en el tejado del Supervisor, que tiene un plazo de hasta mediados del mes en curso –o sea hoy- para decidir su acepta o no las propuestas. Todos apuestan por cumplir con las exigencias este mismo año, bien sea con la simple generación de beneficios o el excedente del capital que atesoran, la venta de activos y canje de preferentes y subordinada o la captación de capital privado (Novagalicia y Liberbank).

Una vez que se haya cerrado este nuevo capítulo, que ha significado otra vuelta de tuerca más para el sector financiero, agobiado ya de por sí por la flaqueza del negocio y los requerimientos de Bruselas, se empiezan a oír voces que apuntan a que este esfuerzo no será suficiente para purgar todos los riesgos inmobiliarios.

Deseamos para Castellano un éxito rotundo. Sería el de Galicia.

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