Unos presupuestos bien valen una disculpa por carta


XULIO Ferreiro va directo a una moción de confianza. Seguramente no le importe lo más mínimo. Sabe que PSOE y PP jamás se aliarán para desalojar a los mareantes de María Pita y, por ello, en el fondo, le da igual que los demás partidos apoyen o no sus cuentas. Al fin y al cabo, la ley le permite aprobarlas si tras la tercera negativa se somete a una moción de confianza y no se produce una moción de censura. Por ello, de poco sirve que Rosa Gallego asegure que se trata del peor presupuesto de la historia de la ciudad o que los socialistas ni tan siquiera se hayan sentado a negociar con el equipo de Gobierno. Al final serán los coruñeses los que tengan que sobrevivir con unas cuentas que la gran mayoría de ciudadanos rechaza (socialistas y populares representan a más del 70% de la ciudadanía) y en las que se sigue premiando y discriminando a asociaciones y entidades por afinidad ideológica. Una vez más, triunfará el sectarismo.

Unos presupuestos bien valen una disculpa por carta

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