La Constitución de Bildu, PdeCat, Vox

Afortunadamente, la Constitución del 78 está teniendo un 40 aniversario como se merece, con infinidad de actos, publicaciones, homenajes y recuerdos. Claro que eso no quita para que dentro de unos meses estemos acuchillándola, porque en este tipo de cosas, el espíritu del acoso y derribo, los españoles somos maestros del universo. También lo somos en olvidar a quienes la hicieron posible y me refiero especialmente al rey Juan Carlos que ha sido ninguneado en este aniversario, cuando fue la figura fundamental no sólo para pilotar el paso del franquismo a la democracia, sino el hombre que paró un golpe de Estado, como el actual rey ha parado otro que se preparaba desde Cataluña.
Recordaba Encarnación Roca, vicepresidenta del Tribunal Constitucional que esta Constitución ha durado ya más de lo que duró el régimen de Franco, que parecía eterno. Pero seguimos hablando del franquismo en lugar de hablar del futuro. Seguimos hablando de enfrentamientos y rencores, en lugar de abrazar definitivamente, para siempre, la reconciliación y la convivencia. Esta Constitución, que algunos denigran y quieren cambiar -de arriba abajo, unos; por las esquinas, otros; con un trasplante de corazón, algunos- es la que nos ha convertido en un país moderno, radicalmente transformado, tolerante, abierto y acogedor, descentralizado como el que más, competitivo y solidario. Es la que nos ha permitido superar los restos del franquismo, el salvaje terrorismo de ETA, el citado golpe de Estado o el secesionismo catalán. Y solo con la aplicación de la ley, sin violencia.
Esta Constitución hecha desde las renuncias y los consensos, negociada con generosidad por unos y por otros, los que permanecían en el franquismo, los que buscaban las libertades y la democracia y los que regresaron de un largo exilio, dio carta de legitimidad a un Estado Social y de Derecho y levantó una arquitectura normativa democrática, una Justicia independiente que funciona, a pesar de tantas imperfecciones, un proyecto de convivencia en libertad y un país que ha progresado de forma inimaginable entonces, sobre las bases de la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad.
La Constitución del 78 es también, y sobre todo, la de todos los españoles. Incluidos los dirigentes y seguidores de Bildu, del PdeCat, de ERC, de Podemos y las Mareas, de todos los que la rechazan y la combaten abiertamente. También de Vox. De todos los españoles, incluso de los que no la votaron, cuya dignidad proclama. Gracias a esta Constitución todos ellos son libres, están representados en los Parlamentos, tienen todos los derechos y pueden decir lo que quieran. Esta Constitución que ampara incluso a los que la quieren derogar, abrió los brazos a la libertad para todos. Por eso somos mayoría los que la defendemos. Se puede cambiar, claro, pero con argumentos, con el peso de la razón y con los votos necesarios para hacerlo. Y poniendo el bien común, el de todos sin excepciones, en el objetivo.¡Larga vida a la Constitución del 78!  

La Constitución de Bildu, PdeCat, Vox

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