El rey de las ciudades

Puede hacer el ejercicio. Observe la calle que tiene enfrente y comprobará que hay un elemento que tiene prioridad sobre todo, sobre los ciudadanos, el espacio verde, el diseño de las calles, sobre todo lo que ve. Ese elemento es el coche. 
Todas la ciudades en el último siglo hicieron del coche el elemento vertebrador de su urbanismo, maximizando la utilidad de una movilidad autónoma. Es casi la principal posesión, incluso por delante de la vivienda. Es común que una familia de 4 miembros tenga dos coches. Lo hemos incorporado a nuestras vidas como algo imprescindible para sentirnos “libres”. Pero algo está cambiando. Empieza a cobrar fuerza la combinación de aspectos como el cuidado del medio ambiente, una forma de vida saludable, respirar mejor eliminando humos, priorizar la calma sin ruidos frente al estrés, recuperar la calle para las personas. Todo se junta en un cóctel que agitado con las nuevas  tecnología está cambiando las tornas. Hay un movimiento internacional para destronar el coche de su dominio en las calles de nuestras ciudades. Otra manera de entender el urbanismo y la movilidad a la que me sumo.
En A Coruña se empezó por la ORA, un sistema para la rotación del aparcamiento. Se continuó con transportes urbanos más eficientes y capilares, aparecieron las bicis municipales y los carriles bici en proyecto, como casi todo en la ciudad, en proyecto. De momento ahí nos quedamos.
El caso es que en A Coruña cada vez tenemos más coches. Hay 114.000 vehículos censados y cada día transitan por la ciudad 210.000, 100.000 del área. Mucha rebeldía en la Marea para según qué cosas, pero la necesaria transgresión para tomar medidas en ámbitos críticos como movilidad o medio ambiente se torna timorata. Una decepción.
Ahora va la Xunta y dice que si entran los buses metropolitanos por toda la ciudad mejorará el tráfico. Me mondo y me parto, que dirían mis hijos. Para que baje el tráfico hace falta combinar medidas valientes que costará entender al principio. Primero que haya muchas más bicis, también eléctricas y se cuide su tránsito, establecer restricciones a la entrada de vehículos en horas punta con un solo conductor, potenciar la capilaridad del transporte urbano, hacer de la ORA un verdadero instrumento de rotación y que sirva para lo que se creó, aparcamientos disuasorios bien conectados, parkings cooperativos vecinales, zonas peatonales, rutas peoniles, insistir en la educación en edad temprana… En otras ciudades (aquí no) tienen coches y motos sin dueño que usas y aparcas para el siguiente o app que comparten coche para ir a trabajar.
Dice la Concejalía de Movilidad que espera que para 2023 bajen los vehículos de 209 mil a 174 mil. Eso es un objetivo pobre, necesitamos otro horizonte acorde a los tiempos, que nos permita ser un referente de nuevo en algo. Ahora imagine esa misma calle que veía delante, pero sin coches y en todo ese espacio liberado las familias que antes “necesitaban” tener dos coches disfrutando de su ciudad. Ese es el modelo por el que merece la pena luchar, esa es la movilidad que viene.

El rey de las ciudades

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