Está claro que no se puede fiar uno de nadie. Todos aquellos que tenemos un órdenador, o un móvil, o cualquier objeto conectado a la red, en alguna ocasión hemos curioseado el precio de los pisos en páginas como la de Idealista. Mirábamos lo que costaba la casa de nuestros sueños y luego cerrábamos la aplicación sabiendo que jamás llegaríamos a ella (salvo un improbable éxito con la Primitiva) y nos lamíamos las heridas pensando que, al final, pues nuestro pisito tampoco estaba tan mal. Y va ahora la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y nos dice que investiga a este portal y a otras seis empresas por encarecer el precio de la vivienda. Vamos, que son ellos los que nos hurtaban nuestros sueños palaciegos...