Hace unos días participaba en un campus sobre comunicación científica. Allí, junto con varios compañeros de profesión, se debatían diferentes temas entre los que destacaba el valor que las redes sociales han adquirido como principal fuente de información hoy en día. Una frase recogida en un estudio resumía muy bien la idea: “Mi telediario ahora es Facebook”. Un sentimiento pesimista estaba instalado en la mayoría por lo que consideraban un camino de desaparición de los medios tradicionales sustituidos por estas nuevas formas de comunicación. Esto desembocaría en una situación de precaria información donde primaría el entretenimiento sobre la veracidad o investigación seria. Pero esta visión tan apocalíptica habría que matizarla.
Es cierto que la importancia que han ido adquiriendo en los últimos años las redes sociales es cada vez mayor. Tampoco vamos a negar que el número de personas que se leen un periódico entero o que se ven los informativos en una cadena de televisión han bajado. Cada vez más la información la adquirimos a través de Facebook o Twitter. Pero hay que analizar qué es lo que nos llega por esos medios y entonces nos encontramos con pocos contenidos originales. Sí, nos informamos por las redes sociales, pero lo hacemos a través de noticias que se publican en medios tradicionales que se encuentran en Internet. Nos abastecemos a través de links y algunas veces con opiniones agregadas por quien nos transmite esos vínculos.
Nos encontramos con un nuevo modelo comunicativo, el curador de contenidos. Un concepto que en los últimos cinco años se ha hecho con un hueco dentro de las redes sociales y se ha convertido en un interesante tema de debate. Simplificando el tema, el curador sería la figura que filtra toda la información que hay en la red y nos la transmite de una forma simplificada. Un papel que muchas veces se realiza de forma inconsciente pero que de igual forma modifica y transforma nuestra visión. Está muy bien que aprovechemos las ventajas que nos ofrece Internet y las redes sociales, pero también debemos ser conscientes que lo que nos llega a través del muro de nuestros amigos solo es una visión parcial de una realidad mucho mayor. Debemos ser conscientes de los curadores para tener la opción de saltarnos sus filtros y tener un acceso más completo a toda la información que hay.