“Riots”

No es la primera vez que en mis artículos hago referencia a mi admiración por “los british”, su cultura, tradiciones y lengua. Por ello me gustaría hacer un comentario sobre dos vocablos ingleses que describen situaciones diferentes y que un sector de la izquierda española se empeña en confundir intencionadamente. Me refiero a las palabras “demostration” y “riot”.
Mientras que la primera hace referencia a aquella manifestación de ciudadanos que pacíficamente deciden reunirse para protestar democráticamente contra alguna decisión de los gobiernos; es decir, el ejercicio colectivo de un derecho constitucional. La segunda hace mención al uso de la violencia contra las personas y bienes de terceros en el transcurso de una “demostration”.
Y eso es lo que sucede en Burgos. Bajo el paraguas de una disconformidad en la ejecución de una infraestructura pública, la izquierda radical continúa con sus acciones negativas basadas en una deslegitimación formal del gobernante de turno. La estrategia ya la hemos visto en otras ciudades y con otras situaciones.
Cuando los ciudadanos deciden de forma libre y secreta elegir a los representantes del PP para que gobiernen las instituciones, aparecen los de siempre para intentar ganar en la calle y usando la violencia, lo que las urnas no les ha dado. No se engañen, la utilización de la figura jurídica del derecho público denominada concesión administrativa ha sido utilizada por gobiernos de todos los colores.
Así en Ferrol, un gobierno del BNG, con el apoyo del PSOE, aprobó la construcción de un aparcamiento subterráneo en la plaza de España (idéntica actuación administrativa utilizada por el alcalde popular de Burgos). En la misma línea, a finales de los años 80, fue un gobierno de EU el que privatizó el servicio de recogida de basuras en esa ciudad.
Pero si buscan ustedes una similitud casi idéntica a la de Burgos, les basta visitar el aparcamiento subterráneo existente en el Paseo de Marítimo de Riazor, el cual fue adjudicado por el PSOE de Sir Paco. Pero, claro, la diferencia está en que en las referidas situaciones la “derecha radical” no acudió a impedir violentamente tales actuaciones.