La crisis económica también afecta al sector pesquero y son muchos los casos de explotación y abusos que los armadores y patrones de algunos barcos ejercen sobre la tripulación. Así, hace escasos días, me encuentro con un marinero que está de baja médica por desnutrición, después de algo más de pasar un mes faenando a bordo de un barco de pesca, donde disponía de media hora para comer a través de una alimentación deficiente, la consecuencia lógica fue la pérdida de la salud.
Quizás esto no fuese lo peor, ya que en el buque los “alojamientos” eran deficientes así como los medios de seguridad a bordo; eran constantes los abusos verbales y el patrón era un asiduo amante de la bebida, creando un auténtico riesgo de siniestro y la consiguiente pérdida de vidas humanas, en caso de naufragio. A este marinero no le quedan muchas ganas de volver a embarcarse y ya piensa en cambiar de actividad.
Algunos creemos que ya no es tanto la crisis como ciertas costumbres y tradiciones arraigadas en el sector pesquero, tanto de bajura como de altura principalmente, y donde algunos armadores, patrones, capitanes y otros cargos de responsabilidad utilizan su situación de mando como un privilegio que le da derecho a tratar al resto de la tripulación como “esclavos”, como si fuesen individuos sin derecho alguno, más que el de trabajar hasta morir en el intento. Lo triste es que estos personajes no tienen remordimientos y son capaces de justificar, alegremente, sus actitudes déspotas y criminales.