Ir a por una melena y volver con un virus

Ya es mala suerte sufrir la condena de la calvicie –hay quien la lleva con dignidad, pero por lo general, o eres Zidane o la cabeza despejada no favorece–, irte a Turquía con la esperanza de un trasplante que te permita poder soñar incluso con un tupé, volver infectado de coronavirus, provocar un brote en tu pueblo y que toda España se entere. Señalados de por vida. Y eso que tenían permiso por razones médicas para viajar en pleno puente de la Constitución de Badajoz a Madrid mientras las comunidades estaban cerradas. Lo peor es que igual después de aguantar el cachondeo general toda esta odisea no les sirve para nada y les toca volver a tierras turcas, porque uno de los efectos del Covid es, precisamente, la caída del pelo. 

Ir a por una melena y volver con un virus

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